El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, amortiguó este martes los efectos del anuncio de una posible salida de su país de la Comunidad Andina de Naciones (CAN).
Además, matizó que no se retirará del bloque integrado por Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, siempre y cuando se cumplan los objetivos trazados en la Cumbre Presidencial Andina, que se realizó este día en la Casa de Nariño, en el centro de Bogotá.
Al término del encuentro, el mandatario anfitrión, Juan Manuel Santos, informó de la decisión conjunta de fortalecer la CAN. El gobernante colombiano estuvo secundado por Correa y sus colegas peruano y boliviano, Ollanta Humala y Evo Morales, en su orden.
Posteriormente, los cuatro líderes andinos participaron en una rueda de prensa conjunta y firmaron la Declaración de Bogotá. Este documento de siete puntos es especial enfatiza la necesidad de emprender la reingeniería del bloque y la decisión de dar pleno cumplimiento a la normativa comunitaria, “particularmente a las disposiciones relativas al libre tránsito de transporte terrestre”.
Adicionalmente, Santos también dijo que se encargó a la Cepal un estudio con el objetivo de hacer más eficientes las estructuras de la CAN. Adicionalmente, se refirió la necesidad de hallar las convergencias y sinergias entre el bloque andino y el Mercosur.
A su arribo a la base militar Catam de Bogotá, Correa habló de su postura de reforzar el bloque regional. “Venimos a trabajar por la integración, a fortalecerla, no a destruirla. Pero para eso tenemos que cumplir con los compromisos”, aseguró a su llegada a una lluviosa y fría capital colombiana.
La reunión extraordinaria fue solicitada por el Ecuador para, entre otros asuntos, analizar el anuncio que hiciera este país en octubre pasado acerca de un eventual abandono del grupo. De paso, la cita sirvió para iniciar el proceso de reingeniería de una Comunidad que afronta las urgencias de modernizarse.
En la reunión de los ministros de Comercio y de Transporte de los cuatro Estados miembros de la CAN quedó claro que la agenda del encuentro cuatripartito no solo incluía el aviso ecuatoriano de un eventual abandono de la organización, en particular por el creciente conflicto entre los transportistas de carga pesada de Ecuador y de Colombia en la zona fronteriza. Un análisis de la gestión de la CAN y el comercio multilateral también entraron en el debate, que desde las 10:30 se llevó a cabo en el Salón Rojo Bogotá del Hotel Tequendama.
En la cita de los secretarios de Estado fue la ministra ecuatoriana de Transporte de Transporte y Obras Públicas, María de los Ángeles Duarte, la encargada de dejar sentadas las bases de las exigencias de su país, para superar los desencuentros con Colombia en el tema puntual de los camioneros.
En su ponencia, planteó por ejemplo, el funcionamiento de una zona de integración fronteriza, que incentive el servicio directo de transportistas a usuarios y que eleve la competitividad del transporte, así como la adopción de más medidas de control y la evaluación y el cumplimiento de los obstáculos para la plena vigencia de la Decisión 399.
Esta se refiere al transporte internacional de mercancías por carretera, que se realiza por “el transportista autorizado en vehículos habilitados y en unidades de carga, debidamente registrados, desde un lugar en el cual las toma o recibe bajo su responsabilidad hasta otro designado para su entrega, ubicados en diferentes países miembros”.
Precisamente, el incumplimiento de esta decisión por parte de los camioneros colombianos y ecuatorianos ha originado el conflicto entre los dos gremios en la zona fronteriza común.
En un pasaje de su disertación, Duarte también se quejó de la falta de vigilancia en las carreteras de la zona fronteriza en horario diurno. Ese control solo se hace en las noches.
En respuesta a las inquietudes enunciadas por Duarte, el ministro colombiano de Transporte, Germán Cardona, señaló a este Diario que su país y Ecuador tienen buena predisposición para solucionar el conflicto de los transportistas de carga pesada. Y destacó la serie de reuniones realizadas con las autoridades ecuatorianas para poner punto final al problema.
El funcionario, adicionalmente, aseguró que este problema es un efecto colateral del distanciamiento que hubo entre Quito y Bogotá por los sucesos ocurridos en Angostura, el 1 de marzo del 2008. Además, dijo que una señal de la buena sintonía entre los dos vecinos es el avance del proyecto para la construcción de un nuevo puente internacional en Rumichaca, una obra que se aspira a iniciar en el 2012. Ecuador y Colombia financiarán en partes iguales la estructura.
Duarte, asimismo, dejó entrever que Colombia y Ecuador deberán adoptar medidas para superar otro problema en ciernes. El Tratado de Libre Comercio (TLC) suscrito entre EE.UU. y Colombia, que en alrededor de un año entrará en vigencia, posiblemente abrirá canales para un posible contrabando de productos estadounidenses hacia el mercado ecuatoriano.
Mientras los ministros de Comercio y de Transporte definían los primeros pasos para modernizar la CAN, precisamente Correa hablaba en Catam de la necesidad de apuntalar el bloque andino.
El Mandatario ecuatoriano fue el primero que hizo su arribo a la capital colombiana y de inmediato se dirigió a la Casa de Nariño, donde fue recibido con alfombra roja por su colega y anfitrión colombiano. Los dos jefes de Estado luego se entrevistaron y analizaron los problemas bilaterales que se han presentado, entre ellos el del conflicto de los camioneros.
La llegada de Ollanta Humala, a las 13:40, interrumpió la reunión bilateral. Una hora más tarde y con retraso, Evo Morales se unió a sus homólogos andinos.
A las 15:35, en el Salón Bolívar de la Casa de Nariño, después de un almuerzo ofrecido por el anfitrión, los cuatro mandatarios empezaron la sesión plenaria, que dio luz verde al proceso de reingeniería de la CAN y que cerró por ahora las puertas a la posible deserción del Ecuador.