[[OBJECT]]El futuro político que se proyecte Viviana Bonilla, excandidata a la Alcaldía de Guayaquil, dependerá solamente de ella.
En esta lucha por abrirse su propia trayectoria en la ciudad más grande del país, el presidente Rafael Correa, incluso, tendría que dejarle espacio para que su liderazgo se consolide. Así piensan tres analistas políticos consultados por este Diario, a la hora de evaluar a la candidata de Alianza País.
Con el 87,1 % de las actas computadas, Bonilla alcanzaba el 39,10% de los votos de Guayaquil. Sobre ella, Jaime Nebot, alcalde reelecto, tenía el 59,50%.
Se trata de la votación más alta que un contrincante de Nebot obtiene en Guayaquil, desde el año 2000 (ver cuadro). Estos resultados abren un espacio, al menos, prometedor para esta joven figura que entre el 2009 y el 2013 fue asambleísta por Guayas y gobernadora.
Aunque se tratan de parroquias con muy poco electorado, Bonilla venció a Nebot en la Juan Gómez Rendón, Puná, y Tenguel. Mientras que en la parroquia de Pascuales, la candidata de Alianza País prácticamente sacó la misma votación que Nebot (sobre los 61 000 votos). Buenas cifras para una política joven que se enfrenta a uno de los personajes más influyentes en estos 30 años.
Sin embargo, para Vladimiro Álvarez, Carlos Arosemena y Francisco Rocha, analistas en temas políticos y electorales, esos resultados no son producto exclusivo de su figura, sino del Primer Mandatario que le endosó los votos, ya que se supone tiene gran aceptación en la población ecuatoriana.
Su figura, como la candidata al sillón de Olmedo, fue forjada antes de octubre del año pasado. En las fiestas de Independencia de Guayaquil, el Jefe de Estado insinuó que el cuadro de Alianza País sería una “joven y bella mujer”. Muchos nombres se barajaron en la palestra pública, hasta que se confirmó el de Bonilla.
El paraguas que le significó el apoyo del Gobierno se convirtió en la principal fortaleza durante los 45 días de campaña electoral. Su carta de presentación, y por lo que según la militancia decía que la gente votaría, eran las obras de la “revolución ciudadana”.
Los analistas consultados, sin embargo, creen que ella tiene futuro político, por lo que Bonilla debería aprovechar su juventud y carácter para crecer en la palestra pública.
Pero para conseguirlo, su capital político no puede depender exclusivamente del Régimen, dice Rocha. Más allá de su “padrino”, cree que Bonilla debería forjar su propio espacio. “Caso contrario, le sucederá lo que ha pasado con los otros candidatos que quedaron segundos: desaparecen”.
Un ejemplo es Alfredo Adum, exmiembro del Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE). En 1996 y en el 2000, él buscó conquistar nuevamente la Alcaldía de Guayaquil, que fue del PRE entre 1984 y 1992. Pero los socialcristianos León Febres Cordero y Jaime Nebot, respectivamente, le ganaron en las votaciones. Algo similar, recuerdan los analistas, sucedió con María de los Ángeles Duarte, actual ministra de Transporte y Obras Públicas, que en el 2009 fue la adversaria de Nebot, esta vez con Alianza País.
Según Vladimiro Álvarez, Duarte se mantiene en el escenario porque ocupa un cargo público y es directora de Alianza País en Guayas. De lo contrario, no tendría presencia.
El único contrincante de los socialcristianos que ha tenido éxito electoral es Jimmy Jairala, actual prefecto del Guayas. Él buscó la Alcaldía porteña en el 2004; pero Nebot le superó La ventaja de Jairala es que él forjó su propio espacio. Su debut en ese año fue bajo la bandera del PRE. Ahora, cuenta con su movimiento político, Centro Democrático, que tiene como visión dejar de ser una organización provincial y convertirse en nacional.
Este proyecto a largo plazo es lo que le permitió no ser neutralizado por Nebot.
Aunque se advierte que Bonilla dirigirá una cartera de Estado, como así lo han señalado varias fuentes del Gobierno, los expertos consultados le aconsejan que lo acepte si no que demuestre que “puede volar sola”, haciendo política sin ser funcionaria.
El analista Carlos Arosemena incluso señala que más allá del espacio que el presidente Rafael Correa dé a Bonilla, ella no debe perder su espíritu crítico dentro de Alianza País. “Es la única forma -opina- de marcar un liderazgo dentro del oficialismo y mostrarse así ante Guayaquil”. Una buena catapulta sería la dirección provincial de su organización, ya que eso le ayudará a formarse y mejorar su contacto con las bases.
PSC tendrá 10 de 15 ediles
El oficialismo tampoco obtuvo los resultados electorales que se había proyectado para dominar en el Cabildo guayaquileño. A lo largo de la campaña, Alianza País, si bien reconocía que la derrota de Jaime Nebot (PSC-Madera de Guerrero) era un escenario complejo, veía con interés tomar ventaja del voto duro que se logró para asambleístas en el 2013 y repetir esa fórmula en el Concejo Municipal.
Sin embargo, a la luz de los resultados oficiales y con casi el 90% de las actas escrutadas, el PSC-Madera de Guerrero, obtendrá 10 de los 15 ediles guayaquileños. Los cinco restantes serán de Alianza País.
En las circunscripciones 1 y 2, tras aplicarse el método D’Hondt, el PSC logra seis de los 10 puestos en disputa. En la circunscripción 3, los candidatos de Nebot obtienen tres de los cuatro escaños en disputa. Y, finalmente, el PSC conquistó la única concejalía rural.
En contexto. El PSC está al frente de Guayaquil desde 1992. León Febres Cordero ganó dos elecciones y Jaime Nebot, cuatro. El PRE, en cambio, tuvo fuerza política entre 1984 y 1992. Antes, el Puerto Principal era un bastión de Concentración de Fuerzas Populares (CFP).