El Consejo Nacional Electoral recibió más de una crítica al proceso de selección de los vocales del Consejo de Participación, uno de los seis organismos que conforman la Función de Transparencia y Control Social.
Los primeros problemas empezaron a surgir desde cuando se presentaron las calificaciones. Los candidatos, como Christian Cruz, denunciaron que la calificación fue subjetiva.
Las atribuciones
El consejo debe promover la participación ciudadana y la rendición de cuentas de los funcionarios públicos. Este es el espíritu que la Constitución vigente otorgó a este organismo que nombrará al Fiscal de la Nación y al Consejo de la Judicatura.
También designará al Procurador del Estado y a los superintendentes de Bancos, de Compañías y Telecomunicaciones de entre los candidatos que el Presidente proponga a través de ternas. Es decir los vocales tienen una alta responsabilidad.
En una carta pública dice textualmente: “He evidenciado desaciertos, subjetividades y falencias que han permitido que, en mi caso particular, no se me otorguen 12,42 puntos, en la recalificación de la carpeta de méritos que fueron fundamentados”.
Omar Simon, presidente del organismo electoral, no se refirió a temas puntuales, pero resaltó que el proceso fue transparente
y que no hubo irregularidades. “Nosotros nos apegamos al reglamento y a la Ley del Consejo de Participación”.
La transparencia, en buena medida, se limitó a la página web del organismo electoral, en donde se publicaron todas las carpetas y resoluciones. Sin embargo, la prensa no pudo acceder a las reuniones de la Comisión de Apoyo, en donde se calificaban los expedientes de los diferentes aspirantes a integrar el Consejo.
Este procedimiento se realizó a puerta cerrada. Finalmente, de los 124 pedidos de recalificación, el CNE aceptó la pertinencia de 76. Entre ellos, a Hugo Arias, auspiciado por la organización Jubileo 2000, cercana al canciller Ricardo Patiño.
Arias obtuvo 67 puntos en el análisis inicial de las carpetas. No obstante, ingresó entre los cinco hombres mejor calificados, con 85,50 puntos. “No se justifica cómo alguien puede haber aumentado 18,50 puntos”, reclama la veedora Amparo Cevallos, quien presentó varias cartas a la Asamblea, pidiendo la nulidad del proceso. Pero no hubo respuesta, hasta el momento.
Uno de los últimos informes de la veeduría ciudadana al concurso se presentó el 4 de marzo. En ese documento se concluye que el proceso fue apegado a la Ley del Consejo de Participación. Sin embargo, escuetamente se identifican anomalías.
En la cuarta página del informe dice: “(…) Los primeros resultados que dio a conocer el Pleno sobre la calificación variaron horas más tarde, sin que quede constancia en la reunión (…)”.
Una vez concluido el proceso, Arias fue ratificado el viernes como el primer vocal suplente.
En este caso también se evidencian vínculos políticos. El 17 de marzo del 2007, Ricardo Patiño, entonces Ministro de Economía, firmó un documento en el cual delegó a Arias para que lo representara ante la Comisión Interinstitucional para el análisis del Programa Financiero entre el Ecuador y España. También conformó Jubileo 2000, de la cual Patiño fue parte.
Lorena Herrera, electa suplente, fue asesora el Ministerio de Inclusión Económica. Y Franklin Canelos, el tercer suplente, perteneció a Jubileo 2000.
Fausto Camacho, vocal del CNE, no justifica el hecho de que haya una mayoría cercana a Alianza País, pero encuentra una explicación: “Las organizaciones políticas debían armar sus cuadros para candidatizarlos, sin embargo, al parecer solo ciertos movimientos lo hicieron”.