Mientras el cabo primero Jackson Chichande, eufórico y optimista, explica las bondades del proyecto Paco Móvil de la Policía Nacional (un bus que posee cámaras exteriores con un alcance de 250 metros cuyo objetivo es prevenir robos), un oficial le sale al paso, lo interrumpe de su placidez caribeña: -Mi ‘sub’, dele la vuelta a la cámara. Esa señora nos dice que le acaban de meter mano, que le robaron el celular. Entonces, Chichande -sentado en el interior del ‘Paco Móvil’, monitoreando las pantallas, pero también dando información del proyecto a quien se lo solicite- mueve una palanca para cambiar la orientación de una de las cámaras. Cuando logra enfocar el rincón donde ocurrió el hurto, lanza un suspiro de decepción, se golpea la frente con la palma de su mano, como autoflagelándose.
Las cámaras no registraron el hurto. Un entrometido poste de luz aparece en primer plano de la pantalla, dejando para una invisible segunda dimensión la escena del escamoteo del celular ocurrido en plena fiesta por el séptimo onomástico de la Revolución Ciudadana.
El de la Policía Nacional es uno de los estands que, la mañana del sábado 18 de enero, en cinco cuadras del Guasmo Sur de Guayaquil, el Gobierno dispuso para el público en general. El objetivo: visibilizar los servicios que ofrecen las diferentes instituciones públicas.
Así, mientras en el estand de Petroecuador los niños coloreaban en un mapa ‘los países que más compran petróleo del Ecuador’; en el del Ministerio de Relaciones Exteriores, jóvenes eran invitados a armar un rompecabezas con las naciones que conforman la Alba. Luego de escuchar la clase sobre la integración latinoamericana, un señor del público se tomó demasiado en serio el concepto, depositó una de las piezas del rompecabezas en su antebrazo y se marchó: quiso integrar a Cuba en algún rincón de su casa. -¡El rompecabezas, el rompecabezas, ese señor se lleva el rompecabezas!- alertaba la chica del estand, preocupadísima al ver que el juego quedaba desolado sin Cuba.
Por la tarde, con una acústica imponente, que llegó hasta varias cuadras del popular Guasmo Sur, el presidente Rafael Correa lanzó su discurso desde la tarima principal a la que solo tuvieron acceso las autoridades. Refiriéndose a los siete años que cumple la Revolución dijo que “no hemos resuelto todos los problemas, pero hemos recuperado la esperanza. Que nadie dude que este es un Estado de todos y para todos”. Y dijo que Ecuador se ha convertido en “un país modelo para la región y el mundo. Somos los campeones latinoamericanos en reducción de pobreza”.
Apoyó la extracción de los recursos naturales para así superar el extractivismo y criticó a toda voz el modelo de gestión socialcristiano en la ciudad.
Alejado del presidente Correa, tras la cerca, lo escuchaba el cabo Chichande quien no pudo recuperar el celular.