El discurso confrontador y agresivo del Régimen en contra de los medios ha provocado un ambiente hostil hacia la prensa. Este es el mensaje central de la carta abierta que la organización Fundamedios dirigió ayer al Presidente de la República, con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa que se celebró ayer.
En la misiva se concluye que la mayoría de las agresiones que se han registrado en contra de los periodistas en los últimos años (166 desde julio del 2008 y 41 en lo que va del 2010), ha sido protagonizada por “funcionarios públicos o autoridades de Gobierno”.Una de las preocupaciones centrales que se expresa en el comunicado, es que el clima de antipatía y desvalorización del trabajo periodístico, por parte de quienes detentan el poder y dirigen el sector público, acentúe aún más la polarización de la sociedad.
La preocupación no es solo de Fundamedios. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el informe de la Relatoría Especial de la OEA, sobre libertad de expresión, han condenado la confrontación entre el Gobierno y los medios de comunicación.
Los periodistas ecuatorianos y parte de los gremios que los representan ven en quienes representan al sector público a los principales protagonistas de este ambiente de hostilidad. Paul Mena, docente y periodista activo, es uno de ellos. Considera que las palabras de Correa en contra de los medios afectan al normal desarrollo del periodismo. El Mandatario “está en su derecho de criticar cuando algo está mal escrito. Pero debe cuidar las palabras para no crear una confrontación”.
Los enlaces de los sábados son el espacio mediático de mayor exposición del presidente Correa. Allí, el trabajo de la prensa se ha convertido en el principal centro de la crítica. El Presidente y su entorno gubernamental consideran a los medios de comunicación como un sector más de la oposición política. Por ello, según Mauricio Rodas, director de la fundación Ethos, los políticos y la prensa se llevan el mayor caudal de insultos de Rafael Correa.
La carta de Fundamedios recoge este sentir que no solo se enfoca al comportamiento presidencial. Es el funcionario público en su conjunto –autoridades de Gobierno, burócratas o policías- quien abona en el terreno de la agresión a la prensa y de la limitación de su trabajo.
Sin embargo, las miradas desde el Poder Ejecutivo son otras. Rafael Balda, asesor jurídico de la Secretaría de Comunicación de la Presidencia, no cree en la magnitud del estudio que Fundamedios ha efectuado en los últimos años. “Se debe investigar si las agresiones a las que se hace mención no son por delincuencia común o por motivos personales”.
El funcionario insiste en que no se puede endosar todo al Ejecutivo, porque funcionarios públicos también son alcaldes y prefectos.
Para René Espín, presidente del Colegio de Periodistas de Pichincha, “cuando se utilizan calificativos en contra de la prensa, se crea un ambiente de intolerancia que no es saludable”.
Para Balda, el Régimen está en su legítimo derecho para precisar los temas que la prensa, en su criterio, tergiversa. Es decir, que la gente “tenga las dos versiones para conocer la verdad”.
La búsqueda de esa verdad se ha convertido, precisamente, en una tarea mucho más compleja en los últimos años para la prensa. El escaso acatamiento a Ley de Acceso a la Información, por parte del servidor público, es otro tema que preocupa.
En el libro ‘Palabra Rota’ (Fundamedios), se señala que apenas un 20% de las entidades públicas a las que se les solicita información cumple este requerimiento. Las pocas facilidades para llegar a la versión oficial preocupan a los principales observatorios de la libertad de expresión en el país.
Desde la Secretaría de Comunicación de Carondelet se monitorea y vigila toda la información que solicitan los medios independientes. Estos, en el sentido estratégico y político, ocupan el último lugar en la prelación gubernamental.
Los medios oficiales, los denominados públicos y aquellos que se incautó el Estado acceden con más rapidez. Cuando los medios privados trabajan en agendas informativas propias y se dificulta el acceso a las versiones oficiales, dichas publicaciones periodísticas son el blanco de cartas de réplica y de aclaración.
No obstante, este ambiente adverso puede convertirse, de todos modos, en una oportunidad. Así lo ve Eric Samson, representante en Ecuador de la organización Reporteros sin Fronteras.
A su juicio, los periodistas de este país están obligados a mejorar su desempeño profesional para no dar al Gobierno elementos de crítica que puedan alimentar una agenda de confrontación.
Globos blancos desde la UNP
Vicente Ordóñez, presidente de la Unión Nacional de Periodistas (UNP), apeló a su condición de “reportero de a pie”, que ejerce desde hace 20 años.
Lo hizo en su discurso de ayer por la celebración del Día Mundial de la Libertad de Expresión, organizada por ese gremio.
“Nunca antes el Poder Ejecutivo había menoscabado el trabajo de los periodistas y de los medios con reiterados ataques verbales con fines políticos. Si no reclamamos ahora respeto por la libertad de expresión, luego podrá ser demasiado tarde y ahí terminará nuestra profesión”.
Ordóñez es reportero de diario El Universo y desarrolla sus coberturas en la Asamblea Nacional. Él reiteró que la libertad de expresión es un derecho humano, no solo de los obreros de la comunicación, su respeto y defensa nos compete a todos.
En evento, desarrollado en la sede del gremio, participaron unos 200 periodistas. También editores de periódicos como Thalía Flores, de diario Hoy; Alfonso Espinosa de los Monteros, de Ecuavisa; Diego Oquendo, de Radio Visión.
En Ecuador hay unos 1 700 periodistas socios de la UNP. “La prensa alcanza su esplendor cuando supera los miedos, rompe el silencio y descubre mentiras”, se leía en un cartelón, ubicado en la sede, en el sector de Iñaquito (norte).
Luego de su discurso, los reporteros que asistieron soltaron en el aire globos blancos, con la frase “libertad de expresión”.
El Presidente de la UNP señaló que ahora “han logrado dividirnos en periodistas de medios públicos, de los incautados y de los privados”. Anunció que el próximo 2 de agosto será declarado Día de la Libertad de Expresión en Ecuador. Esto porque en esa fecha, en 1810, “los patriotas fueron masacrados por pensar diferente. Ahora nuestra arma es la palabra”.
Un conversatorio en la UDLA
Los periodistas Marta Youth, de la Embajada de los Estados Unidos, y Rubén Darío Buitrón, de Diario EL COMERCIO, participaron ayer en un conversatorio con estudiantes de la Universidad de Las Américas (UDLA).
Youth explicó cómo se creó el Día de la Libertad de Expresión y recordó dos episodios emblemáticos del periodismo estadounidense.
El uno, el famoso caso Watergate, en los años setenta. La extraordinaria investigación periodística de dos cronistas del diario Washington Post, origi-nó la caída del presidente Richard Nixon.
El otro, la persecución a los periodistas e intelectuales independientes en los años cincuenta. Muchos fueron despedidos de sus empleos, otros perseguidos, otros exiliados y otros se suicidaron.
Rubén Darío Buitrón, editor de Información de EL COMERCIO, habló con los estudiantes acerca de la necesidad de que se planteen convertirse en periodistas éticos, responsables, equilibrados, sensibles y justos.
Explicó que si bien desde el 2008 se han reportado 166 amenazas a los periodistas en el Ecuador, el país aún no vive situaciones extremas como las que ocurren en México o sucedieron en Colombia, donde han muerto muchos reporteros y articulistas.
Más de 100 estudiantes participaron en el conversatorio y muchos de ellos preguntaron, cuestionaron y criticaron tanto al Gobierno (en especial por la mala calidad de sus diarios El Ciudadano y El Telégrafo) como a los medios privados que, según los jóvenes, no satisfacen las necesidades de la sociedad.