Mucho se especula sobre las razones sobre las que Ecuador ha invitado al presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, pero poco se ha hablado sobre las razones por las que este polémico personaje decidió visitar un puñado de países sudamericanos.
¿Para qué viene el presidente Ahmadinejad al Ecuador como también lo hizo con Venezuela, Nicaragua y Cuba?
Parece existir una gran mayoría de analistas que sostienen que Ahmadinejad busca con esta gira que mañana concluye en el Ecuador enviar un mensaje a su archi enemigo Washington de que no está tan aislado como parece. Además que sus amigos están en lo que se ha llamado el patio trasero de los EE.UU.
Sin embargo dentro de esta perspectiva hay lecturas que apuntan a ciertas particularidades de la visita.
La verdad es que Alhmadinejab está jugando a dos bandas, sostiene el periodista de la revista Time, Tim Padgett, quien en una columna suya dice que el presidente iraní se está aprovechando de los presidentes sudamericanos que parecen haber caído en una trampa ideológica de querer aparecer como “soberanos” frente a los EE.UU. cuando, en la realidad, lo que está haciendo es lavar su imagen.
Para Padgett, quien se especializa en América Latina, los presidentes que han recibido a Ahmadinejad caminan junto a uno de los líderes “más mal visto del mundo”.
Analistas como Stephen Johnson, director del Centro de Estudios Estratégicos para las Américas, en Washington, no creen que existan motivaciones comerciales para Irán, pues lo que los países visitados representan para sus intereses económicos es casi nulo. Incluso Venezuela no está siquiera entre los 50 socios comerciales más importantes de Irán.
Entre los ultra conservadores de los EE.UU. existe la tesis de que Irán está tratando de exportar operaciones terroristas a América Latina. Pero el propio Johnson, citado por Padgett, apunta a que no existe evidencia real de que en efecto se esté articulando un operativo terrorista iraní desde esta parte del continente, aunque admite que el alto índice de criminalidad en Venezuela puede ser un aliciente para este supuesto objetivo.
Padgett sostiene en su artículo que es más posible que países como Venezuela estén permitiendo, conscientemente o no, que Irán utilice su sistema financiero para lavar dinero para su Ministerio de Defensa a través de organizaciones como el Banco de Desarrollo y Exportaciones de Irán, o EDBI por sus siglas en inglés.
“Eso tendría muy serias repercusiones si Irán está en realidad desarrollando armamento nuclear”, dice Johnson citado en el artículo de Padgett. En ese sentido, Johnson anota que Ecuador ha estado bajo un escrutinio muy particular por operaciones del EDBI en el país.
La tesis del suministro de uranio para los planes nucleares de Irán también ha sido barajada. Pero Padgett sostiene que hay expertos que tienen dudas sobre la existencia de reservas de Uranio en Venezuela y peor aún en su capacidad para explotarlo y enriquecerlo.
El blog Beyondrics del Financial Times, uno de los espacios sobre las economías emergentes más prestigioso del mundo, sostiene que la visita de Ahmadinejad es más bien una muestra de debilidad. El dirigente iraní atraviesa una situación política desesperada en su país y necesita proyectar la imagen de que es un líder internacional.
La amenaza de Irán a los EE.UU. es “más bien latente que activo” le dijo un funcionario del Departamento de Estado al columnista Andrés Oppenheimer, según afirma el blog del Financial Times que también dice que el argumento comercial o de cooperación no tiene ningún asidero al momento de explicar la gira.
Peter Brooks, del conservador Heritage Foundation, cree por su lado que con esta visita Irán está buscando amigos que podrían ayudarlo a defenderse de una potencial condena diplomática y a evadir las posibles sanciones por su plan nuclear.
¿Para qué viene entonces Ahmadinejad al Ecuador? Aparentemente los motivos pueden ser muchos. Lo que parece claro es que de esta visita el único que gana es el iraní, pues el Ecuador parece más bien ser una pequeña ficha que lo único que hace es el papel de tonto útil.