El saldo de la evaluación de la educación superior en el país fue negativo para la sociedad: 38 000 estudiantes perjudicados, 250 000 títulos otorgados en entredicho, todo por la clausura de 14 universidades, este mes. Pero su cierre no fue improvisado, fue el desenlace de un proceso de cuatro años.
En el 2008, la Asamblea Constituyente de Montecristi ordenó la creación de un Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (Conea), cuya misión fue analizar los estándares de calidad de todas las universidades del país.
En noviembre del 2009 este organismo presentó los análisis de esta evaluación, con este resultado negativo: de las 71 universidades que existían en el país, 26 se encontraban en la última categoría (E). En ese tiempo, el Conea recomendó el cierre inmediato de estos centros, pero esta sugerencia no fue acatada.
Así, durante casi un año los legisladores debatieron la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES), que entró en vigencia desde el 12 de octubre del 2010. Este cuerpo legal puso un ultimátum y estableció una prórroga de 18 meses para que las 26 universidades ubicadas en la categoría E pudieran superar la evaluación. El Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación (Ceaaces) tenía la misión de supervisar esta tarea. El organismo fue constituido en agosto del 2011.
Durante ocho meses sus seis integrantes trabajaron en temas metodológicos, recopilación de información, evaluaciones de los establecimientos in situ, toma de exámenes a los alumnos, procesamiento de los datos y la redacción de informes preliminares -que fueron apelados por los rectores en audiencias- y un informe final con el cierre de 14 centros.
¿Qué sucedió en el país para haber llegado a este punto?
Guillaume Long, presidente del Ceaaces, dice que el meollo de este problema es que durante 1992 y el 2006 se crearon 30 universidades en el país, con el aval de los congresistas y con la ausencia del Estado como ente de regulación. Más bien analiza que esta creación de nuevas instituciones educativas no respondió a intereses sociales ni académicos.
Fueron creadas de manera clientelar, por favores o “cálculos políticos” para tener más votos en una provincia. Otro de los motores fue el lucro económico, pues la educación superior se convirtió en un negocio rentable. “El Congreso se volvió una fábrica de universidades”, dice.
Si bien en ese tiempo existía el filtro del Consejo Nacional de Educación Superior (Conesup), Long analiza que este estaba conformado por los delegados de las universidades, que formaban un cuerpo colegiado y donde “los regulados eran los reguladores”, en este espacio el Ejecutivo tenía un delegado. Entre las críticas que recibió este organismo destacan el avalar a las 14 universidades que actualmente están suspendidas y el haber autorizado la creación de 1300 carreras.
Por ahora, existe una moratoria para crear nuevas universidades, dentro de tres años y medio, el plazo vencerá. Si bien será la Asamblea Nacional, en donde se apruebe la creación de nuevas instituciones, existirán tres filtros que impedirá que esta creación responda a intereses políticos o financieros. Primero, la aprobación de la Senplades que analizará la pertinencia; segundo la validación en el Ceaaces que verificará los parámetros de calidad; y finalmente, irá al Consejo de Educación Superior, para analizar parámetros jurídicos. Solo si pasa los tres filtros, podrá ir a la Asamblea para su aprobación.
1992-2006
Creación sin control
En este período el Congreso impulsó la creación de 30 universidades, 14 de las cuales están actualmente cerradas. Se denunció una creación con fines políticos.
Agosto del 2010
Se aprueba la LOES
La Ley Orgánica de la Educación Superior estableció que en 18 meses las 26 universidades categoría E debían superar la evaluación, si no serían cerradas.
Agosto del 2011
Se posesiona Ceaaces
Este organismo fue el encargado de verificar la calidad. Descubrió precarización docente, falta de infraestructura y errores en las mallas curriculares.
12 de abril 2012
Se cierran 14 centros
14 universidades de categoría E que no superaron la evaluación fueron clausuradas. Ahora existen 57 universidades de las cuales 11 están en categoría A.
Testimonios
Katty Portilla. Estudiante de la Unita
‘No me queda más que quedarme en esa U’
Estoy en noveno año de Ingeniería en Diseño Gráfico e intenté acogerme al Plan de Contingencia pero cuando ingresé al sistema me mandó a estudiar a una universidad de Cotopaxi. La administradora de la universidad me dijo que aún faltan pulir algunos lineamientos del plan. Revisé las mallas de otras universidades en Quito y ninguna se parece a mi carrera, me va a tocar quedarme el año que me falta para graduarme en la Unita. Encima me dicen que ya no habrá que hacer tesis sino un seminario.
Pilar Franco. Docente de la U. Cristiana
‘Los maestros nos quedamos varados’
Sinceramente todavía no he averiguado bien las opciones que tengo de seguir o no enseñando en la universidad. Yo daba clases a primer semestre entonces no creo que podría seguir. No he buscado cómo acogerme al plan para enseñar en otras universidades porque estoy priorizando mi otro trabajo en un centro infantil. En la Universidad Cristina Latinoamericana me deben dos meses y de un seminario que di. No sé cuándo me van a pagar porque hasta ahora todo es incierto, hemos quedado relegados.