Entre febrero del 2013 y febrero del 2014, para el movimiento Alianza País pasaron mucho más que 12 meses. El péndulo del poder político, que durante siete años estuvo de su lado se fue, sorpresivamente, al otro sin entenderse aún los porqués.
La fiesta del oficialismo por las elecciones presidenciales y legislativas del año pasado, contrasta con los rostros serios y las reflexiones a puerta cerrada, tras el remezón por los resultados del domingo, sobre todo en las alcaldías.
Las lecturas pueden resultar tan variadas como analistas y políticos se pueden consultar. El propio presidente Rafael Correa hizo el suyo, al señalar tres errores cometidos : los traspiés que acarreaba la gestión de Augusto Barrera, una a mala estragia de campaña, ejecución y el “sectarismo” de Alianza País a la hora de construir acuerdos y escoger candidatos.
Sin embargo, las explicaciones de este retroceso pueden mirarse también a la luz de las propias acciones que ejecutó el Gobierno, si es que la tesis de varios analistas: Felipe Burbano de Lara, Francisco Rocha, Luis Verdesoto, José Hernández, Vladimir Serrano…, esgrimidas en las últimas semanas, resulta cierta. Es decir, que Alianza País se desgastó y por eso perdió apoyo popular.
No hay una encuesta que ratifique estas visiones. Ni siquiera el triunfo de Mauricio Rodas sobre Augusto Barrera (casi 20 puntos) lo puede constatar, pues el aspirante de SUMA, lo que menos hizo fue hablar del Gobierno central y cuestionar el estilo del Presidente.
Sin embargo, la interrogante queda abierta, y hay 12 meses de hechos políticos que al entrelazarlos pudieran referir una explicación del mal momento del oficialismo.
Hace un año, Correa y su movimiento lo captaron todo: la Presidencia en primera vuelta, y una mayoría absoluta en la Asamblea (100 de 137 curules). A este resultado electoral se debe sumar el largo pero consistente camino que emprendió el oficialismo, desde agosto del 2009, para controlar el resto de funciones del Estado: el Consejo de Participación Ciudadana, superintendencias, Fiscalía, Contraloría, CNE, Corte Constitucional. Además, está la consulta popular del 2011 que le permitió a Correa reorganizar el Poder Judicial.
Con el poder político total a su favor y con una oposición incipiente y fragmentada, el Gobierno nuevamente tomó posesión el 24 de mayo.
A partir de ese día, el Presidente ejerció su cargo con toda la fuerza que le inyectaron los resultados electorales del 2013.
Fue así que en junio, Alianza País aprobó la Ley de Comunicación (detenida por cuatro años), disponiendo la creación de una Superintendencia que nunca estuvo en los debates que dejaron pendiente los anteriores legisladores. El cuerpo legal pasó sin veto presidencial, pero la oposición dijo que el oficialismo cerró cualquier posibilidad de diálogo.
Ese mes también se puso en vigor el llamado Decreto 16, bajo el cual todas las organizaciones sociales, no gubernamentales, locales y extranjeras, deben reinscribirse ante el gobierno bajo determinadas condiciones, como las de no impulsar actividades políticas.
Hasta ahora, la Corte Constitucional no se ha pronunciado por las demandas que ciudadanos y grupos sociales presentaron contra esos documentos.
Estos pasos iniciales y los que Alianza País dio en este año fueron para Burbano de Lara “agravios” contra una sociedad, que “hartó” al votante quiteño. Su reflexión coincide con la lectura que puertas adentro hizo la campaña de Barrera, al asegurar que su pérdida de apoyo también es una consecuencia de la desilusión del votante joven por el fin de la Iniciativa Yasuní-ITT.
De hecho, en agosto, el Presidente decidió explotar los campos de ese parque natural. Dijo que asumiría el costo político de la medida, considerada como uno de los grandes ideales de Montecristi.
Y para hacer frente a las primeras protestas de los grupos ecologistas, el Régimen buscó la alianza de las alcaldías y Prefecturas del país, bajo la promesa de que serán las principales beneficiarias del ‘boom’ petrolero del ITT.
Con esta promesa inició la campaña seccional que ahora le muestra al oficialismo el lado de un importante retroceso.
De la mano de estas decisiones, el Régimen insistió en su estilo más bien cerrado al diálogo con la oposición. Incluso las críticas que se despertaron dentro de Alianza País fueron aplacadas con sanciones disciplinarias, por temas como la despenalización del aborto en casos de violación.
La aprobación del Código Orgánico Integral Penal, también despertó el descontento del gremio médico que anunció con renuncias masivas si su práctica profesional “se criminalizaba”. El diálogo Gobierno-médico coincidió no solo con el bajón de las encuestas electorales en Quito, sino que desde otras instancias la Superintendencia de la Información, sancionaba la caricatura de Bonil.
Quizás no haya forma de medir el desgaste de A. País desde su estilo para ejercer el poder, pero la inquietud de por qué el péndulo giró el domingo también se explica por esas causas.
Los 10 resultados electorales de Alianza País desde octubre del 2006 2006 Alianza País, en su debut electoral, va a segunda vuelta. En primer lugar quedó Álvaro Noboa.
2006 Correa gana la elección presidencial, el 26 de noviembre. Supera a Noboa con 13,34 puntos.
2007 El Presidente recibe apoyo para llamar a una Asamblea Nacional que cambie la Constitución.
2007 Alianza País obtuvo mayoría total en la Asamblea de Montecristi: 80 de 130 escaños.
2008 En el referendo de ese año, Alianza País obtiene apoyo popular para la nueva Constitución.
2009 En las presidenciales, Correa triunfa en con el 51,99% y Alianza País obtiene 59 de 124 curules.
2009 Alcaldías y 9 prefecturas puso Alianza País en las elecciones seccionales de ese año.
2011 De los votos válidos obtuvo en promedio el Gobierno al ganar las 10 preguntas de la consulta.
2013 En su tercera candidatura, Correa vence en primera vuelta y A.País capta 100 de las 130 sillas.
22,84% 56,67% 81,72% 69,47% 63,9% 51,99% 72 53,1% 57,1%