En julio del 2016, ciudadanos cubanos fueron desalojados del parque El Arbolito. Foto: Archivo/EL COMERCIO
La migración siempre ha sido un puntal dentro del discurso oficialista en estos 10 años de Gobierno. En el 2007, poco después de llegar al poder, el presidente Rafael Correa señalaba que el éxodo de ecuatorianos hacia Estados Unidos, España, Italia y otros países era el reflejo del fracaso de decisiones económicas y políticas que Ecuador había aplicado en los últimos 20 años.
Fue entonces cuando se tomaron medidas a favor de los ecuatorianos y extranjeros. El primer gran cambio llegó con la Constitución de Montecristi, aprobada en el 2008.
Allí, por primera vez, apareció la figura de la libre movilidad, un concepto que fija el derecho de migrar para cualquier ciudadano y la no criminalización de las personas por su condición migratoria.
Para aplicar esas medidas, el Gobierno eliminó la visa para los ciudadanos del mundo.
Pero eso provocó un problema de seguridad para el Ecuador. Mafias criminales utilizaron el territorio como un punto de tránsito para que extranjeros de Asia y África arribaran a Estados Unidos y Brasil.
Por eso, en septiembre del 2010 el Gobierno exigió que ciudadanos de nueve países (Afganistán, Bangladesh, Eritrea, Etiopía, Kenia, Nepal, Nigeria, Pakistán y Somalia) tramitaran un visado como requisito para ingresar a suelo local.
Pese a ese cambio, el problema persistió. Inteligencia policial detectó un flujo inusual de senegaleses hacia Ecuador.
Los agentes descubrieron que las organizaciones criminales cobraban hasta USD 15 000 por el trayecto Dakar-Quito-Buenos Aires, punto final de la ruta. El 16 de noviembre del 2015, el Gobierno dispuso que los ciudadanos del país africano también tramiten el visado.
No fue la única crisis migratoria que soportó Ecuador. En el 2016, el país deportó masivamente a ciudadanos cubanos que no justificaron su estado regular en el territorio.
Los isleños protestaron en Quito y hubo plantones de organizaciones de derechos humanos para impedir que el Gobierno regresara a los migrantes a La Habana.
La Coalición por las Migraciones y el Refugio, por ejemplo, habló de “crisis humanitaria” por la cantidad de cubanos que permanecían retenidos y el impacto que había acarreado eso a sus familiares, quienes durmieron en la calle para apoyarlos.
Lo mismo ocurrió con ciudadanos haitianos que se quedaron varados en el puente de Rumichaca. Colombia y Ecuador les prohibieron el ingreso.
Los isleños fueron otro blanco más de las mafias dedicadas al tráfico de personas. El destino final tanto de cubanos como haitianos era los EE.UU.
Para evitar estos hechos, la Asamblea aprobó en enero del 2017 la denominada Ley de Movilidad, una norma que reemplazó a la ley migratoria vigente desde la dictadura.
En ese entonces, los legisladores decían que el nuevo texto beneficia a 2 204 000 ecuatorianos que están fuera del país, a los 70 000 retornados, a aquellos extranjeros que viven en Ecuador, a los refugiados, a los considerados apátridas y a las víctimas de trata y tráfico.
El último capítulo relacionado con el tema migratorio ocurrió el 15 de marzo pasado, cuando Migración no dejó ingresar al país a Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, quien está detenido en su país, Venezuela, por una presunta instigación pública, y asociación para delinquir. La mujer dijo que venía para participar en actos con Guillermo Lasso.
El Gobierno defendió esta decisión y señaló que la activista venezolana venía a hacer proselitismo y que no tenía visa para ese ejercicio.
Las propuestas de los candidatos
En su plan de gobierno, Lenín Moreno dice que profundizará y consolidará las medidas desarrolladas a favor de los migrantes a lo largo de estos últimos diez años. Según el presidenciable, esa tarea será mucho más sencilla, pues ya rige la Ley Movilidad. “Es la más innovadora del mundo”, dice.
Y aclara esto: “Defenderemos los derechos de los ecuatorianos en el lugar en el que se encuentren, y si deciden regresar al país, los recibiremos con los brazos abiertos”.
El candidato por Creo, Guillermo Lasso, también ha hablado de la migración en sus discursos. En una conferencia en la Universidad de las Américas, el presidenciable prometió que mantendrá la política de la ciudadanía universal.
“Son bienvenidos todos los colombianos, venezolanos y cubanos. Quien venga a emprender es bienvenido al Ecuador”, sostuvo en ese mitin.
Además, ratificó el respaldo a la libre movilidad y que no cerrará las puertas a nadie.