Redacción Negocios
¿Cómo ve usted los recientes cambios en el frente económico? ¿Cree que la política económica dé un giro?
El Gobierno, desde el punto de visa político ha sido muy hábil para mantenerse en el poder. Sin embargo, esa habilidad política no se ha visto reflejada en el campo económico, para establecer diálogos, acuerdos con los sectores. Durante la era de la revolución ciudadana ha habido una mayor intervención del Gobierno como promotor económico. Pero en esta política económica hay contradicciones, donde se percibe que hay grupos que se mueven según sus intereses.
¿Dentro del Gobierno?
Sí. Porque en el tema petrolero, por ejemplo, hay unos que quieren dejarlo bajo el suelo y hay otros que tienen listo un plan para extraerlo. Hay dos fuerzas que se contraponen y que conviven dentro del Gobierno, por lo que este finalmente por no lograr tomar una decisión.
¿POR QUÉ ESTÁ AQUÍ?
Su experiencia. Economista por la PUCE. Máster en Negocios en EE.UU. Director de la Facultad de Economía de la UDLA.
Su punto de vista. Hay varias contradicciones en el manejo económico. Las nuevas autoridades deben tender a abrir diálogos con todos los sectores. Dejar la confrontación.
Es un caso aislado…
También en el sector externo hay varias visiones de por dónde debiera caminar la política internacional del país. No logran las fuerzas establecer un camino.
Pero a la larga el Presidente es quien toma las decisiones.
Lo que veo es que este manejo de la política económica no genera confianza. Hay señales contradictorias. Y cuando los agentes económicos perciben eso se ponen nerviosos y no se alienta la generación de inversiones. No digo que no haya inversión, pero no es en la dimensión que uno quisiera verla. Uno lo que ve es una mayor intervención estatal y la falta de sinergia con el sector privado. Y esa es la tarea pendiente de las actuales autoridades: generar acuerdos con todos los sectores económicos, para impulsar la producción y la generación de empleo.
¿Cómo llegar a ese óptimo cuando, según lo que Ud. señala, ni siquiera dentro del Régimen hay acuerdos?
Eso es lo que esperaríamos que pase con estos cambios en el frente económico. No sabemos las razones por las que el ministro más importante del área económica terminó en el Banco Central. Moverlo hacia otro espacio se ve como una suerte de reciclaje. Quizás el perfil de la nueva Ministra Coordinadora de la Política Económica podría ayudar. Su rol, más que su perfil, debería estar orientado más hacia establecer más acuerdos, más diálogo y menos antagonismo y confrontación.
¿Es positivo que la Ministra no tenga una historia política detrás con adversarios ideológicos que lo presionen, como sucedió con Diego Borja?
Será positivo si la Ministra tiene nuevas ideas y las puede aplicar. Si la Ministra se convierte en asesora del Presidente y hay más apertura de él, excelente. Pero también la Ministra debe tener la capacidad para armar diálogos con los sectores, crear consensos, lo que es un déficit del Régimen.
¿El manejo económico del Gobierno ha sido positivo?
Creo que lo positivo es el trabajo en el área social, pero aún nos deben las estadísticas de equidad y pobreza para saber si es que en verdad hemos mejorado. En general, pienso que hay contradicciones, como con lo del proyecto ITT -Yasuní. Esa era una propuesta novedosa de desarrollo, pero que se ha estancado
por la existencia de fuerzas contrapuestas.
Hay que tener cuidado en pensar que el Gobierno en tres años podrá dejar la dependencia con el petróleo y cambiar radicalmente de modelo. Eso toma tiempo. Sin embargo, los cambios no parecen que van por ahí. El país no diversifica las exportaciones, no abre mercados, etc.
¿La dolarización está en riesgo? ¿El Gobierno cumplirá con su promesa de continuar con el modelo?
La dolarización depende de los dólares que tengamos en la economía. La presión sobre el modelo se origina por el lado de que el gasto público crezca tanto que el Gobierno no tenga los recursos para financiar el presupuesto. No veo un escenario de caída de la dolarización. El Gobierno podría buscar otras alternativas, que le significarían un costo político, como disminuir o eliminar los subsidios. La dolarización no está amenazada, porque a pesar de que al
Gobierno no le gusta es difícil salir de ella. Y no pondría en riesgo su imagen. El Régimen está acostumbrado a verse bien en las encuestas y sondeos de opinión.