Traslados de personas privadas de la libertad desde la cárcel de El Inca, en Quito. Foto: EL COMERCIO
“Te amo Luis”, “Chao mijo, te quiero”, “Mucha suerte, llámame”. Esas fueron algunas frases que se escucharon la noche del viernes 23 de octubre, en las inmediaciones del Centro de Detención Provisional de Quito, ubicado en El Inca.
Desde ese recinto carcelario la Policía sacó a 133 internos, los metió en tres buses del Ministerio de Justicia rumbo a centros de rehabilitación de Manabí, Cuenca, Santo Domingo y Ambato, según precisó un oficial que participó en el operativo.
Mientras los presos ingresaban a los vehículos, familiares lanzaban mensajes de ánimo y cariño. Otros lloraban. Hubo cuestionamientos por el repentino traslado y por la poca información que hubo.
Funcionarios del CDP evitaron dar declaraciones a la prensa. Uno de ellos dijo que la única voz oficial es la ministra de Justicia, Lady Zúñiga.
La mayoría de familiares desconocía la cárcel a la que llevarían a sus seres queridos. Para hoy (sábado), dijeron, esperan tener alguna información. De lo que se conoce, los 133 internos movilizados ya tienen sentencia. En el CDP solo permanecen detenidos que aún no tienen condena.
Poco a poco, las inmediaciones del CDP quedaron vacías. Madres, esposas e hijos lloraban al ver que los tres buses con sus familiares desaparecían por la avenida El Inca…