El policía fue herido la tarde de este martes 27 de octubre en una balacera registrada en el norte de Quito. Foto: Eduardo Terán/El Comercio
Las últimas horas han sido de angustia para la familia del agente Luis Barros. El uniformado permanece desde la tarde de ayer (27 de octubre) en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de la Policía. Su estado es estable; sin embargo el lado izquierdo de su cuerpo está paralizado.
Esa es la primera secuela del proyectil que se alojó en su cráneo, según señaló hoy, miércoles 28 de octubre, el médico Fernando Erazo, quien lo atiende en Cuidados Intensivos.
El agente fue herido en la balacera reportada el martes en el redondel de El Ciclista. Él pidió los papeles a un grupo de sospechosos que se movilizaban en dos motos. Esto luego de un llamado de alerta al Sistema de Seguridad ECU- 911. Una mujer decía que había retirado USD 7 000 y los motociclistas la estaban siguiendo. Uno de los sospechosos fue arrestado y los otros tres huyeron.
Erazo precisó que el proyectil alojado en el cráneo no ha podido ser extraído para evitar posibles riesgos mayores. En el futuro, Barros podría sufrir epilepsia y convulsiones nerviosas.
María, hermana del agente herido, comentó que Luis tiene tres hijos de 2, 6 y 11 años. Los pequeños todavía no saben del estado de su padre. Preguntan por él, pero solo conocen que está trabajando.
Mientras tanto, a esta hora (12:15) está por iniciar la audiencia en contra del extranjero detenido ayer tras el tiroteo. Fue movilizado desde el Hospital Eugenio Espejo hasta la Unidad de Flagrancias.