México ha reconocido de una manera tangible a dos grandes ecuatorianos: Vicente Rocafuerte y Benjamín Carrión.
Estos ilustres paisanos han echado raíces en tierra mexicana. Rocafuerte está presente con un monumento y ahora Benjamín Carrión estará disfrutando de una placita que llevará su nombre.
Nuestro embajador en México, Dr. Galo Galarza nos ha comunicado de este acontecimiento. La familia Carrión y el Ecuador están agradecidos y orgullosos.
Rocafuerte es quien de una manera activa, calurosa, entusiasta, por no decir apasionada, incursionó y participó en el México de la Independencia. Llegó al extremo de usar, entre otros, el seudónimo ‘Un verdadero mexicano’.
Ahora, mi padre va a disfrutar para siempre de su “segunda patria” y justamente lo va a festejar el 10 de agosto de 2009, fecha del Bicentenario. La revolución de Quito del 10 de agosto de 1809 fue uno de los primeros levantamientos anticoloniales.
Mi papá, Benjamín Carrión establece su primer contacto físico con México en 1993, cuando fue nombrado ministro plenipotenciario del Ecuador en México. Llegó después de permanecer casi diez años en Francia y regresó socialista. Desembarcó en el puerto de Manzanillo y ese país extraordinario le robó el corazón.
México fue su gran amor. Este ecuatoriano identificó a México con su patria y equiparó la figura de Benito Juárez con dos ecuatorianos, el indio grande de la independencia, Eugenio Espejo y Eloy Alfaro, que abrió los aires del mundo a la conciencia de los ecuatorianos. Comprendió a México y lo amó.
En 1968, México lo distinguió con el Premio Benito Juárez, quizás el más importante galardón que ha otorgado México por una sola vez a los latinoamericanos que más habían hecho por la cultura, las artes y la ciencia.
Por las artes el merecedor fue el arquitecto brasileño Óscar Neimeyer, quien concibió Brasilia; por las ciencias, el biólogo argentino Alberto Leloir, que luego recibió el Nobel; y, por la cultura el ecuatoriano Benjamín Carrión, por la Casa de la Cultura.
Carlos Sabat Ercasty ya lo dijo: “Me parece la Casa de la Cultura Ecuatoriana poco menos que un milagro, que nos ha dado una extraordinaria lección, lección que yo pienso aprovechar, y ver las posibilidades que tendríamos de imitarla en el Uruguay… Es un milagro del Ecuador y de América”.
Salvador Novo decía: “Uno vigorosamente mi aplauso al que en toda América resuena a convenir en el acierto que el jurado relativo señaló a Benjamín Carrión como merecedor del premio que ha instituido por el patriotismo y el hondo sentido de solidaridad latinoamericana…”.
Esta es una de las buenas cosas que nos da este año. El Ecuador presente en un acto de justicia que nos llena de orgullo.
Columnista invitada