Un plantón contra la corrupción en Guayaquil

'¿Qué nombre tiene la corrupción?' se podía leer en un cartel, debajo de los bastidores. Algunos de los asistentes se acercaron para escribir mensajes. Foto: Mario Faustos/EL COMERCIO

'¿Qué nombre tiene la corrupción?' se podía leer en un cartel, debajo de los bastidores. Algunos de los asistentes se acercaron para escribir mensajes. Foto: Mario Faustos/EL COMERCIO

"¿Qué nombre tiene la corrupción?" se podía leer en un cartel, debajo de los bastidores. Algunos de los asistentes se acercaron para escribir mensajes. Foto: Mario Faustos/EL COMERCIO

Dos pedazos de vidrio fueron colocados sobre caballetes de madera, al pie de la plaza San Francisco. La tarde de este martes 22 de agosto del 2017, unas 100 personas se concentraron en el denominado plantón contra la corrupción y la impunidad, junto a la avenida 9 de Octubre, en el centro de Guayaquil.

"¿Qué nombre tiene la corrupción?" se podía leer en un cartel, debajo de los bastidores. Algunos de los asistentes se acercaron para escribir mensajes en los vidrios.

La exasambleísta Martha Roldós fue una de las convocantes. "Hemos venido a reclamar contra un cáncer que corroe al Ecuador, el cáncer de la corrupción y de la impunidad. Nunca en la historia republicana habíamos visto tanto cinismo en nuestro país", dijo frente a los asistentes, quienes portaban carteles con mensajes que pedían que se agilite el juicio contra el vicepresidente Jorge Glas.

Este lunes 21, la fiscal Diana Salazar halló indicios de responsabilidad penal contra del Glas. El expediente por supuesta asociación ilícita pasó al fiscal general Carlos Baca, quien anunció que pediría hora y fecha para vincular al vicepresidente en la Corte Nacional de Justicia.

El abogado Juan Vizueta, otro de los asistentes al plantón, pidió rapidez en este proceso y en la indagación de otros casos. "Lo que no se pudo avanzar en seis meses se pudo avanzar en 15 días. Los casos de corrupción no solo apuntan a Odebrecht", dijo.

En la plaza se entonó el Himno Nacional y se extendió una bandera tricolor. Al final, en un acto simbólico, rompieron los vidrios que habían exhibido.

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