El girasol es originario de América y su característica es que se orienta siempre mirando hacia el Sol (de ahí su nombre). Tiene muchas utilidades: para la obtención de pigmentos colorantes, como comestible, para la obtención de aceite, entre otros.
Es evidente que su cultivo debe realizarse a pleno sol. No es necesario regarlo demasiado, ya que gracias a sus profundas raíces puede absorber agua del suelo con más facilidad que otras variedades.
No obstante, si sus hojas se ven caídas o repliega su corola, será porque tiene falta de agua. Por esa misma razón, el suelo en el que lo plante deberá ser profundo y con un elevado porcentaje de nutrientes.