Un semáforo en la planilla de agua para crear conciencia en Quito

En las oficinas de la Epmaps de la Mariana de Jesús se puede pagar y hacer consultas. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

En las oficinas de la Epmaps de la Mariana de Jesús se puede pagar y hacer consultas. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

En las oficinas de la Epmaps de la Mariana de Jesús se puede pagar y hacer consultas. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Los 10 litros de agua que se desperdician cuando una persona se cepilla los dientes sin cerrar el grifo, es lo que ocupa una familia de cinco miembros para cocinar. En Quito, el consumo por hogar supera la recomendación de la Organización Mundial de la Salud que es de 15 m³ por mes. La cifra en la capital es de 22 m³.

Según Cristian Valdivieso, subgerente Comercial de Agua de Quito, en la capital, en los últimos 15 años, se ha logrado una disminución importante. Antes, cada vivienda facturaba al mes cerca de 38 m³.

A pesar de la disminución, aún hay hogares que consumen hasta 40 m³ al mes, sobre todo en zonas donde las casas tienen jardines o piscinas como Cumbayá y Tumbaco.

En verano, en cambio, el consumo es mayor en sectores rurales, con vías de tierra donde el agua se usa para regar las calles y asentar el polvo, como Calderón y San Antonio.

Para disminuir el consumo, desde marzo, la empresa realizó un rediseño de la factura del servicio.

El nuevo documento tiene dos novedades: trae un histograma de su consumo en los últimos seis meses para que el usuario pueda medir gráficamente su comportamiento. De esta forma, la persona podrá verificar novedades.

El documento, además, semaforiza el consumo, es decir, si la cifra está dentro de los parámetros recomendados por la OMS, aparece dentro de un círculo verde, y si el consumo es mayor, aparece en rojo. En la capital, el 50% de las viviendas logran semáforo en verde.

El consumo de Quito no es alto comparado con otras metrópolis como Buenos Aires, donde se consume hasta cinco veces lo recomendado por la OMS. Pero hay otras ciudades de la región donde el consumo es ejemplar. Ese es el caso de Bogotá, donde la cifra promedio es de 14 m³ por vivienda.

Fredy Villamarín, consultor en temas ambientales, explica que eso se debe a que hace 15 años debido a un derrumbe, una importante tubería de distribución que abastecí a esa ciudad se rompió, lo que generó problemas en el abastecimiento por más de medio año.

Una vez reparado el daño, dice, las autoridades realizaron campaña para lograr mantener las buenas prácticas. Además, se subió la tarifa.

En la nueva factura también se desglosan otros valores como el cobro por alcantarillado. Este se calcula a través de una tasa que representa el 38,6% de lo que paga por agua potable.

También se destaca un subsidio que la empresa realiza a los clientes. Este premia al menor consumo. Funciona así: los primeros 11 m³ se los cobra a USD 0,31. Del 12 al 18 m³, la tarifa es de USD 0,43, y de 18 m³ en adelante, USD 0,72.

Los negocios relacionados con alto consumo de agua como venta de alimentos, peluquerías, etc., pagan la tarifa de industrial, que es de USD 0,72.

Para reducir el consumo, Agua de Quito trabaja en la etapa piloto de un proyecto que contempla la implementación de dispositivos ahorradores. Se han colocado en 400 casas de la capital. Se trata de un dispositivo que tiene una rosca desplegable que al ser colocado en el grifo ahorra entre un 25 y 30% el consumo.

El aparato tiene un filtro que regula el caudal y lo convierte en flujo continuo. Los hay por volúmenes de consumo, por ejemplo el que se está usando en el piloto es de 1 galón por minuto. Sin el aparato, cuando se abre la llave pueden caer hasta cuatro galones por minuto.

Para Hernán Orbea, urbanista y catedrático universitario, hay dos vías para conseguir una disminución en el consumo. La primera es la punitiva, que se logra al elevar las tarifas, que debe ir acompañada de un estímulo para quien consume menos y un incremento para que el que consume más.

La segunda: emprender una cultura de ahorro con programas de educación y desarrollar una pedagogía ciudadana en torno a los recursos. Las últimas siete décadas, dice, había la convicción de que los recursos eran inagotables.

Una buena idea, dice, es conseguir logros colectivos, por ejemplo, a través de indicadores por barrios. Reconocer al barrio que logre disminuir su consumo de una manera importante, y premiarle a partir de asignación de obras.

Los consejos

Se debe cerrar bien el agua, si la llave gotea, se gasta aproximadamente 40 litros diarios equivalente a cerca de 80 botellas personales de agua.

Utilizar la lavadora a su máxima capacidad ahorra el líquido. La lavadora gasta 90 litros de agua, lo que una familia de cinco miembros bebe en una semana.

Una manguera olvidada abierta derrocha cerca de 40 litros de agua cada minuto. Esa cantidad equivale a lo que cuatro familias consumen a lo largo del día.

Suplementos digitales