Eran las 23:00 cuando el camión se detuvo en el peaje de Calderón, un barrio del norte de Quito. Con linternas y canes adiestrados, agentes élite del GIR (Grupo de Intervención y Rescate) revisaron la mercadería que se transportaba en el vehículo. Una por una fueron abiertas las 117 cajas de cartón.
Así se detectó hace 15 días, uno de los mayores cargamento de pirotecnia ilegal de este año. En total fueron 1 900 kilos de silbadores, estrellas, diablillos, petardos, camaretas, volcanes, tumbacasas, fosforitos.
Esos fuegos artificiales iban a ser vendidos en cinco puntos de la capital en estas fiestas, en las de Navidad y fin de año.
El tránsito de estos cargamentos ilegales comienza en Pasto o Ipiales, poblaciones colombianas que están frente a Ecuador.
Grupos de comerciantes compran este material, pero en muchos casos bandas de contrabandistas ofrecen cruzar el cargamento por la frontera. Para eso se valen de pasos irregulares que usan todo el año con otra mercadería.
Pero los comerciantes que no acceden a estas bandas contratan camionetas pequeñas y se arriesgan a cruzar el puente internacional de Rumichaca.
Todo estos datos los han recopilado los agentes que investigan este problema. De hecho, en los vehículos son camuflados en peluches, almohadas o mochilas llenas de ropa.
Estos bultos son escondidos debajo de los asientos o en los compartimentos donde están las llantas de emergencia.
En el país está prohibido el uso de esos explosivos. La ley penal (art. 396) dice que la persona que sin la debida autorización elabore o comercialice material pirotécnico será sancionada con cárcel de 15 a 30 días.
Después de que los contrabandistas o los comerciantes logran evadir los controles y pasan los productos por la frontera los almacenan en casas o bodegas instaladas en el Carchi. Allí permanecen hasta completar todo el cargamento.
Cuando eso ocurre se movilizan en camiones o tráileres y los explosivos están camuflados en medio de la mercadería legal, como zapatos o focos.
Así llegan a Quito y entregan en los pequeños negocios que realizaron los pedidos previos.
En el centro de la capital, por ejemplo, se comercializaba en El Tejar y San Roque. El pasado viernes, los vendedores de esos sectores reconocían que este año no han llegado productos como las estrellas. “Ya no dejan vender”, decía un hombre.
Algo similar ocurre en la Michelena y Solanda, en el sur.
Allí, quienes vendían en años anteriores, decían que está prohibido y que solo se venderá en el norte de forma legal.
En el 2014, la Policía se incautó de siete toneladas, mientras que desde el 2007 hasta el 2013 se detuvo 63 toneladas más.
Uno de los decomisos ocurrió el 8 de octubre pasado. Cerca de USD 500 en fuegos artificiales fueron decomisados por las aduanas. Eso ocurrió precisamente en el Carchi.
Los productos colombianos no contaban con la documentación. En total se incautaron de 36 clases de artefactos. Allí estaban tortas voladoras, velas romanas, estrellas, velas con colores.
Todo ese cargamento fue entregado al Centro de Control de Armas. El Ministerio de Defensa y el Departamento de control de armas del Comando Conjunto de las FF.AA. dispusieron para este año puntos específicos a escala nacional para la venta legal de este tipo de artefactos.
Por ejemplo, en Quito se comercializará pirotecnia en el parque Bicentenario. Para extender los permisos de venta se exigió no tener antecedentes penales, permisos de funcionamiento de los locales en donde se exhiban, vendan o almacenen los explosivos. Además, certificados, como del Ministerio de Transporte y otros.
En Guayaquil las ventas autorizadas serán en la explanada del estadio Banco Pichincha.
La mercadería ilegal que ingresaba al Puerto Principal desde Perú también iba a Machala, Esmeraldas y Babahoyo.
En la frontera sur, los métodos que usan para contrabandear la mercadería son similares que los de la frontera norte: usan camionetas y almacenan en bodegas ubicadas en El Oro.
Aunque también se ha detectado que los comerciantes transportan la pirotecnia en pequeñas embarcaciones.
En diciembre del año pasado, la Policía peruana anunciaba el decomiso de pirotecnia ilegal.
El material estaba en cajas que eran movilizadas entre las dos naciones.
Por ahora, el Ministerio de Defensa acordó con los fabricantes artesanales de Chimbo, en Bolívar, para que sean ellos quienes distribuyan el material pirotécnico a escala nacional.
Además, desde la semana pasada está vigente la campaña Pirotecnia responsable.
Esta iniciativa busca reducir los accidentes provocados por la manipulación de este tipo de artefactos. Para ello, se inició una serie de expoferias en escuelas y colegios.
En las charlas, los uniformados capacitan a los estudiantes sobre qué se debe hacer en caso de una emergencia como quemaduras y explosiones. También se informa cómo se debe denunciar la venta ilegal en establecimientos educativos o barrios. Una de estas formas es por medio del ECU-911.
Las cámaras de videovigilancia que se encuentran en los alrededores de los colegios también serán utilizadas para monitorear esta actividad.
Según el ECU-911, hasta octubre de este año, se han registrado 38 emergencias que involucran pirotecnia. En ese hechos se reportaron heridos.
En contexto
El permiso para vender la pirotecnia deberá ser solicitado al Departamento de Control de Armas de las Fuerzas Armadas. Esa autorización puede tramitarse en línea, accediendo a la página web de control de armas: https://controlarmas.ccffaa.mil.ec/.