La sigla BRIC se utiliza para englobar a las cinco economías emergentes más grandes del mundo: Brasil, Rusia, India, y China. En cambio en Europa , a partir de la crisis de la deuda, se comenzó a utilizar el término PIGS para agrupar a las cuatro economías que son parte de la Unión Europea y que están atravesando por severos problemas económicos y financieros: Portugal, Irlanda, Grecia y España. Estos países se dedicaron por años a gastar más de lo que ingresaba en sus arcas fiscales concediendo además generosos beneficios sociales en un sistema de cobertura social financieramente insostenible. El financiamiento no era problema, ya que cobijados por el euro, sin riesgo de devaluar y de emitir dinero para financiar los déficits, los mercados financieros estuvieron prestos a canalizar recursos hacia esas economías a bajas tasas de interés. Mientras las fuentes de financiamiento seguían abiertas, la supuesta bonanza continuaba, hasta que llegó el momento, siempre tarde, en que los acreedores endurecieron las condiciones ante el temor de una eventual moratoria. Producida la crisis de inmediato se armaron paquetes de rescate con aportes de los países de la UE y del FMI para restaurar la liquidez y la capacidad de pago. Grecia e Irlanda fueron los primeros en línea en solicitar ayuda financiera. Luego los mercados comenzaron a especular que las economías de Portugal y España serían las siguientes en solicitar una tabla de salvación. En esta semana, envuelto en una crisis política, como consecuencia de la crisis económica, Portugal ha manifestado su voluntad de solicitar ayuda financiera, la que podría ascender a más de cien mil millones de dólares. Para acceder a los nuevos recursos los gobiernos se comprometen ajustar sus gastos para contar con los recursos para servir la deuda. El sacrificio recae en la sociedad en su conjunto que tiene que pagar por la irresponsabilidad de sus gobernantes de la cual ella también fue copartícipe. Si el rescate financiero que le dio un respiro de liquidez, y el ajuste económico no son suficientes, se debe reducir el tamaño de la deuda mediante una reestructuración que reconozca un descuento del principal, plazos y tasas de interés. Todavía los países en problemas no entran en esta última fase. En el caso de España, el problema más agudo es la solvencia de las Cajas de Ahorro diezmadas por la ruptura de la burbuja inmobiliaria y en los bancos que tienen en sus activos papeles de deuda de países en problemas. El camino por el cual está transitando Europa, ya lo recorrió América Latina en el pasado, hasta llegar a una reducción y reprogramación de la deuda. La historia se repite y los países PIGS finalmente deberán reestructurar deudas para retomar el crecimiento y restaurar la solvencia.