Poroshenko abre la puerta a nueva prorroga de la tregua en Ucrania

Petró Poroshenko. Foto: AFP

Petró Poroshenko. Foto: AFP

Petró Poroshenko. Foto: AFP

La prórroga de la tregua entre el Gobierno de Kiev y los rebeldes prorrusos del este de Ucrania parece un hecho a falta de que lo confirme el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, quien logró hoy, 30 de junio, importantes avances para su plan de paz.

El alto de fuego, ya prorrogado hace tres días por Poroshenko, expira a las 22.00 hora local (19.00 GMT) en un clima de división en la sociedad y en el propio entorno del presidente sobre la conveniencia de dialogar con los separatistas.

Las agujas del reloj que marca los tiempos de la tregua pueden ser nuevamente retrasadas gracias al esfuerzo de la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Francois Hollande, dos de los líderes europeos con más ascendencia sobre Poroshenko, sometido a una gran presión en su propio país por las muertes de soldados ucranianos.

También el presidente ruso, Vladímir Putin, ha tenido que hacer concesiones, al menos en apariencia, tras ser amenazado con nuevas y duras sanciones económicas a Rusia por parte de la Unión Europea si no contribuía antes de hoy a rebajar la tensión en Ucrania.

En una nueva conversación telefónica a cuatro bandas, los líderes de Alemania y Francia convencieron a Poroshenko y también al jefe del Kremlin para que se pongan de acuerdo en algunos de los asuntos que más preocupan a Kiev y Moscú.

Así, Poroshenko accedió a celebrar una tercera ronda de consultas entre representantes de su Gobierno y de los separatistas, mientras que Putin, que insistió en la necesidad de prorrogar la tregua, ofreció la cooperación de Rusia en la vigilancia de los tramos de frontera ruso-ucraniana controlada por los rebeldes.

El mandatario ruso mostró la disposición de Moscú a permitir que los guardias fronterizos de Ucrania participen desde el lado ruso y en calidad de observadores en la vigilancia de los tramos de la frontera común controlados, en el lado ucraniano, por los prorrusos.

Eso sí, la condición de Putin es que se mantenga el alto de fuego en las regiones orientales de Donetsk y Lugansk y que tomen parte en la vigilancia los observadores de la OSCE.

Rusia quiere despejar las dudas de Ucrania y de la comunidad internacional sobre su participación en la sublevación prorrusa que estalló en el este de Ucrania hace más de dos meses.

Las autoridades ucranianas insisten en que Rusia permite que los separatistas prorrusos reciban tanto armas como refuerzos a través de los tramos de la frontera ruso-ucraniana cuyo control han arrebatado a los guardafronteras ucranianos.

Poroshenko debe anunciar su decisión sobre el alto el fuego al término de una reunión del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania que se celebra esta noche en Kiev.

El presidente ucraniano, que ha reconocido una pugna sobre este asunto entre los "halcones" y las "palomas" de su entorno, también está sometido a la presión del Maidán (plaza), como se conoce al movimiento popular de masas que derrocó al presidente Víktor Yanukóvich el pasado 22 de febrero.

Miles de personas se congregaron ayer en la plaza de la Independencia de Kiev -epicentro de la sublevación popular que encumbró al actual Gobierno- para exigir el fin del alto el fuego y el relanzamiento de las operaciones militares en el este.

El ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano informó hoy de la muerte de 27 soldados desde el inicio del alto el fuego, hace diez días.

Un militar ucraniano murió hoy mismo y otros ocho resultaron heridos en varios ataques de los milicianos prorrusos a las posiciones del Ejercito en Donetsk y Lugansk, según el Consejo de Seguridad Nacional y Defensa.

Las fuerzas militares que participan en la operación lanzada para recuperar el control de las regiones rebeldes acusan a los insurgentes de violar sistemáticamente la tregua y matar a la población civil.

Los milicianos hacen las mismas acusaciones al Ejercito y a la Guardia Nacional de Ucrania, a los que responsabilizan de disparar con artillería contra zonas residenciales de Slaviansk, símbolo y bastión de la sublevación contra Kiev.

Mientras sigue el teórico alto el fuego, los dos bandos tratan de afianzar y mejorar sus posiciones sobre el terreno.

Los rebeldes han tomado una base de defensa antiaérea del Ejercito ucraniano en la ciudad de Donetsk, donde se hicieron con un sistema móvil de lanzamisiles tierra-aire "Buk", capaz de derribar todo tipo de aeronaves, aunque averiado según Kiev.

Además, el conflicto armado se llevó hoy la vida de otro periodista, el cámara del Canal Uno de la televisión rusa Anatoli Klian, que recibió un disparo en el abdomen cuando grababa cerca de un cuartel del Ejercito en la ciudad de Donetsk.

Klian, de 68 años, acompañaba a un grupo de madres que llegaron a la unidad para pedir a los oficiales que dejaran a sus hijos abandonar el cuartel.

Suplementos digitales