El ex ministro de finanzas, Fausto Ortiz, conversó con la Asociación Cristiana de Empresarios. Foto: Francisco Flores / EL COMERCIO
El déficit fiscal, las salvaguardias, la contracción del crédito, la caída de los depósitos y la falta de liquidez fueron algunos de los temas que abordó el ex ministro de finanzas, Fausto Ortiz, durante una hora y media en la charla organizada este miércoles 13 de enero del 2015 en Guayaquil, por la Asociación Cristiana de Empresarios.
Ortiz no solo repasó los factores que incidieron en la desaceleración del país durante el 2015, sino que esbozó algunas perspectivas económicas para el 2016.
El analista indicó que le preocupa que el Gobierno no incluya en su cálculo de deuda para el 2016 factores como el pasivo circulante, preventa petrolera y certificados de tesorería, sin los cuales el porcentaje de relación de la deuda con el Producto Interno Bruto es menor.
“Para el Gobierno, la relación de la deuda con el PIB es 32,7% y está lejos del 40% que es la restricción legal. Pero esa no es toda la deuda. Hay deuda que el Gobierno no considera”, dijo.
Manifestó que los atrasos son considerados deudas de acuerdo con la Constitución, al igual que el saldo de la preventa petrolera, porque se registra como pasivo y se paga como amortización.
“Si se toma en cuenta eso que no está tomando en cuenta el Gobierno, son USD 37 200 millones la deuda total, es decir, el 37,5% del PIB y así nos acercamos al techo de financiamiento del 40%”.
De ahí que, según Ortiz, la necesidad de financiamiento del Gobierno para el 2016 es de unos USD 10 000 millones.
Ante este panorama, añadió, la salida podría ser continuar con las preventas petroleras, recurrir a más atrasos como en el 2015 y optar por el mecanismo conocido como ‘ roll over’, es decir, con renovaciones de deuda vencida.
“La brecha para el 2016 con certeza supera los USD 10 000 millones. Eso es lo que el Gobierno debe buscar para financiarse en el 2016. Ya han dicho que lo van a lograr con ‘roll overs’… Ya en el 2015 tuvo atrasos de USD 2000 millones. En este año podría pagar esos valores y volverse a atrasar ligeramente, pero eso se configuraría en una bola de nieve que va creciendo”, señaló.
Según las estimaciones de Ortiz, los USD 10 000 millones se dividen en: USD 2 463 en déficit fiscal, 1 000 millones para pagarle a la Oxy, 1 000 millones por concepto de preventas petroleras, 2 500 millones para pasivos circulantes, 2 576 millones para amortización de pasivos y 500 millones para ajustes. “Tendrán que hacer ajustes porque los intereses para la proforma 2016 se calcularon en USD 1 750 millones, pero solo en 2015 fueron 1 760 millones, o sea, se quedaron cortos. Además, los precios del petróleo podrían caer más”, explicó.
Lo preocupante, añadió, es que de ese monto, unos USD 7 500 millones son solo para pagar deudas del pasado. “Hay que obtener deuda para pagar deuda”.
Ante la preocupación de los asistentes con respecto a los reportes de caída de depósitos y créditos, Ortiz se encargó de aclarar que no existe una corrida bancaria (retirada masiva de depósitos).
Aunque la banca privada registró una contracción de un 12,9% en depósitos en el 2015, según la Superintendencia de Bancos, Ortiz aclaró que esto es el resultado de la necesidad de los ecuatorianos de tener efectivo en las manos.
“La banca registró en el 2015 casi USD 3 000millones menos, esto es, 15 millones diarios menos en depósitos, pero es porque la gente necesita efectivo, se podría considerar una corrida si los retiros fueran de USD 100 millones diarios”.
Explicó además que se trata de una cadena. Debido a que el país dejó de recibir USD 4 000 millones en exportaciones petroleras, “el Gobierno no pudo pagar a los contratistas y estos no pudieron depositar dinero”.
Lo que es preocupante, añadió, es que las reservas de libre disponibilidad no cubran el total del encaje bancario y los depósitos del sector público.
Con respecto a los efectos que podría tener el timbre cambiario, que surgió como interrogante entre los asistentes, Ortiz aseveró que “cualquier política que se adopte es más leve que la del año anterior, porque estamos partiendo de un nivel de déficit comercial no petrolero inferior de lo que se partió en el 2015”.
Aún así, indicó que lo ideal sería observar el comportamiento de las importaciones en el actual escenario de contracción de créditos. “Es diferente importación libre cuando hay total acceso al financiamiento. Hay que ver si el mercado se ajusta de manera automática”.