El precio del petróleo ecuatoriano se cotiza actualmente por debajo de los USD 80 por barril y no hay perspectivas de que la situación mejore en el corto plazo.
El Gobierno ha tomado nota de lo que está sucediendo en el mercado petrolero internacional y busca aceleradamente contratar más deuda para compensar lo que dejará de percibir por las menores ventas en los próximos meses.
En el Presupuesto del 2014 se proyectó un precio de USD 86,4 por barril. Todo iba bien hasta julio pasado, al punto que los primeros siete meses del año dejaron un excedente de USD 10 sobre lo proyectado. La situación cambió a partir de agosto, cuando el precio terminó en USD 86, al límite de lo presupuestado.
La tendencia ha seguido a la baja en septiembre y lo que va de octubre, en medio de una paralización de la Refinería Esmeraldas y mayores importaciones de combustibles.
Como los excedentes petroleros se van gastando conforme ingresan los recursos a las arcas fiscales, a la fecha no existe ahorro por los altos precios del crudo, pues una parte se ha destinado a inversión y otra se ha diluido en subsidios a los combustibles.
Para lo que resta del año, el Gobierno prevé cubrir las necesidades de financiamiento con créditos: USD 1 000 millones de Noble Américas, un desembolso de China por un monto igual, y refinanciando la deuda interna, es decir, postergando su pago.
De esta forma, el presente año estaría prácticamente cerrado, pero el Gobierno necesita asegurar recursos para que en el 2015 se mantenga el ritmo de la inversión pública.
La proyección de crecimiento para el próximo año es de 4%, pero eso demandará de mayores inversiones para que la economía pueda superar el PIB actual, que ya está en USD 100 000 millones.
¿De dónde llegarán esos recursos en un escenario petrolero a la baja? De más deuda, a menos que exista una mayor apertura a la inversión privada. Caso contrario, la variable de ajuste será el menor crecimiento de la economía.