El precio promedio del petróleo en los cinco primeros meses del 2014 fue de USD 96 por barril, unos USD 10 por encima de lo proyectado en el Presupuesto del Estado.
De mantenerse ese nivel de precios, los ingresos adicionales pudieran llegar a unos USD 800 millones en el año, lo cual le cae bien a las arcas fiscales, que requieren más recursos para cumplir su plan de inversiones del 2014.
Los mayores precios del petróleo han ido de la mano de una mayor producción, empujada básicamente por la gestión de Petroamazonas. Entre enero y mayo pasados la extracción de crudo subió 8%, lo cual hace prever que a finales de año se llegue a niveles del 2006, año pico de producción petrolera en el país.
Estos resultados, sin embargo, pudiesen ser mejores, de no ser por la caída constante que viene registrando la producción de las petroleras privadas desde hace siete años. La producción de las privadas representa actualmente la quinta parte del total nacional, cuando hace siete años era la mitad. Esa pérdida de espacio se dio a raíz de la renegociación de los contratos petroleros, cuyos efectos se sienten aún en el sector, con menos inversiones que se traducen en menor producción.
La falta de inversión privada ha sido compensada con inversión pública, que se ha convertido en el motor de la economía y también del sector petrolero.
Ahora, los efectos positivos por los mayores precios y la mayor producción nacional de petróleo se merman por las mayores importaciones de combustibles. Y este año se acentuará por el mantenimiento mayor de la refinería Esmeraldas, que empezó el fin de semana pasado.
Lo anterior dejará más petróleo para exportar debido a que la refinería procesará menos crudo mientras está en mantenimiento, pero implicará una mayor importación de combustibles. Entre enero y mayo pasados esas importaciones ya subieron 11% respecto a igual período del año pasado, pero será mayor hasta fin de año.