Redacción Quito
La iluminación del pesebre gigante de El Panecillo atrae a decenas de personas. Todos los días, desde el 15 de diciembre, se realiza la novena en la cima del monte.
Desde las 18:30 las personas empiezan a llegar para esperar la iluminación de las 7 figuras de metal que tienen en total 65 000 focos. Este año, por la falta de energía el encendido del pesebre se realiza solo durante los días de la novena y ya no desde el 28 de noviembre hasta el 6 de enero como era la costumbre.
La presencia de visitantes fue notoria durante el fin de semana, sin embargo, los comerciantes aseguraron que la falta de energía eléctrica constante en las figuras ha ocasionado pérdidas económicas en sus negocios.
Jorge Ugalde tiene un puesto de juegos en El Panecillo. a pesar de que las luces permanecen encendidas desde las 19:00 hasta las 23:00, él aseguró que la cantidad de gente que hasta el momento ha concurrido al sitio es menor a la que se registró en otros años. “El trabajo está malo, la gente ya no sube como antes y estamos perdiendo dinero”.
A pesar de los problemas que dicen tener los comerciantes, los visitantes aseguran que mantener encendido el pesebre, al menos unas horas, ayuda a mejorar el turismo en ese sector.
Ramiro Pastor llegó con su familia, la noche del sábado, desde el sector de La Y. Las danzas y dramatizaciones que se realizan entre las 19:00 y 21:00 fue lo que le motivo a subir. A pesar del frío y la llovizna, Pastor caminó, junto a los danzantes, por el pesebre hasta llegar a la carpa que instaló el Municipio para realizar la misa.
Lourdes Maldonado acudió por primera vez a mirar el pesebre. Desde Calderón se dirigió al centro de la ciudad para que su hija de intercambio Helen Sneils conociera el sitio. “Es muy bueno que esta clase de actividades se hagan en la ciudad para que se rescaten nuestro valores”.
La peatonización de la cima de El Panecillo ocasionó algunos problemas en el tráfico. La falta de sitios para parquear obligó a los visitantes a estacionar sus autos en los dos lados de la calle Aymerich que es de doble vía.
Para estacionarse los conductores debieron subirse en las veredas y los peatones tenían que caminar por la calle. Los autos que subían hasta el pesebre y los que bajan tenían que circular despacio para evitar chocar o rayar a los vehículos que estaban estacionados. Para evitar este problema Sonia López fue con su familia en taxi desde la Plaza Grande. “El año anterior vine en mi carro pero no tenía donde parquear”.
El estacionamiento cuesta USD 0,50. El nacimiento estará encendido hasta el 23 de este mes.