Los Joel y Juan Vera son parte de la campaña para proteger el mar. Los desechos se recogen en estas fundas. Foto: Marcel Bonilla/ EL COMERCIO.
En el estómago de un pescado picudo se encontró un recipiente plástico de yogur. Joel Vera, un pescador artesanal, supone que el animal lo tragó pensado que era carne de pulpo, que se utiliza como carnada para su captura.
A los picudos se los pesca a 180 millas náuticas de las costas de Esmeraldas, una provincia del norte de Ecuador. La basura que se tira al mar también contribuye a la contaminación del medio ambiente y afecta a las especies marinas.
Vera dice que en alta mar se observan grandes cantidades de basura que navegan cientos de millas, arrastradas por las corrientes. Por eso cree que el recipiente plástico que tragó el pez es el resultado de la falta de conciencia de pescadores y personas que arrojan basura al océano.
Como estrategia de prevención, el Viceministerio de Acuacultura, Ganadería y Pesca (Magap) inició una campaña de concienciación dirigida a los pescadores artesanales de Esmeraldas.
La campaña consiste en la entrega de sacos a quienes realizan actividad pesquera. Ellos deben recoger la basura inorgánica de los productos que consumen durante sus faenas de pesca en los pequeños costales y llevarlos al Puerto Artesanal Pesquero de Esmeraldas.
Las botellas plásticas y de vidrio, fundas y papel que recojan serán recicladas. Además, en recompensa por su trabajo, se les dará un incentivo económico, que no ha sido fijado hasta el momento, según la presidenta de la Cámara de la Pesquería, Maura Oviedo.
La campaña no solo está dirigida a los pescadores de altura que faenan por más de cinco días, sino también a los que lo hacen cerca del perfil costanero. Foto: Marcel Bonilla/ EL COMERCIO.
Por ahora se han entregado 20 sacos a las primeras 200 lanchas pesqueras que faenan en el cantón Esmeraldas, luego se incluirá al resto de pescadores de Atacames, Muisne, Rioverde, Limones y San Lorenzo.
La campaña no solo está dirigida a los pescadores de altura que faenan por más de cinco días, sino también a los que lo hacen cerca del perfil costanero. A ellos les entregarán viandas para que lleven sus alimentos y no arrojen tarrinas plásticas al mar, después de comer.
Marco Alarcón, armador pesquero, señala que la iniciativa es buena. Los pescadores consumen una caja de agua con 24 botellas plásticas, gaseosas y jugos. Utilizan tarrinas y platos plásticos que después de ser utilizados son arrojados al mar.
De la iniciativa también participan la Asamblea Ciudadana, la Dirección del Ministerio del Ambiente, el Gobierno Provincial de Esmeraldas, la Alcaldía de su capital, la Dirección de Espacios Acuáticos y el Comando de Operaciones Norte. La campaña es indefinida, con el fin de preservar el ambiente.
Toda la basura que recogerán los pescadores será comprada. El precio no se ha fijado y se trabaja con técnicos del Gobierno Provincial para fijar el costo y establecer el promedio de producción por cada embarcación pesquera.
A Félix Salazar, dirigente del sector pesquero de Esmeraldas, le preocupa que este proyecto se haya iniciado sin que se cuente con un centro de acopio para el material recolectado. Oviedo señala que se lo hará en el puerto.
Pero también hay quienes están en desacuerdo con la campaña. Alfonso Cortez, pescador, considera que la basura que ellos producen es poca comparada con la que producen las grandes embarcaciones.
Para garantizar que los pescadores traigan los desechos se hará un control con los representantes del Subcomando de Guardacostas en la salida e ingreso de las embarcaciones que faenan hasta por cinco días.