César Coronel y Fabiola Oviedo esperan que les entreguen el informe de la pericia forense. Foto: María Isabel Valarezo / EL COMERCIO
La figura del Divino Niño está dentro de un canasto colocado sobre la cama del subteniente César Coronel Olivo, en su casa de Sangolquí (valle de Los Chillos). Encima del velador se encuentra una foto en la cual el oficial, de 27 años, viste el traje formal blanco de la Policía.
La habitación está intacta y aún conserva sus peluches, los banderines de la institución uniformada, la televisión, sus diplomas de los cursos de italiano, francés e inglés…
Estos son los recuerdos que atesoran sus padres Fabiola y César, luego de su muerte registrada el 8 de julio del 2012 en la Comandancia de Sucumbíos. Ese día, el cadáver del joven oficial fue encontrado en su habitación con un disparo en la cabeza y dos almohadas encima de esta. Su pistola Glock de dotación estaba en su mano derecha, pero él era zurdo. Los investigadores les dijeron a los parientes que era un suicidio...
La familia del joven no les creyó y comenzaron los plantones en la Plaza Grande y los trámites en el Ministerio del Interior para pedir que se hicieran nuevas investigaciones. Los padres aseguran que “la escena del crimen es atípica”, “el disparo se produjo por encima de una almohada en un ángulo imposible para sostener el arma” y que hubo “destrucción sistemática de evidencias”.
Los padres denunciaron estos hechos y se comunicaron por Twitter con el presidente Rafael Correa. Luego se creó una comisión especial para las indagaciones y se reunieron en el Ministerio del Interior.
Para este caso también se contrató a los mismos peritos forenses de la empresa brasileña Consultoría Pericial que investigaron la muerte del excomandante de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, Jorge Gabela.
De hecho, el caso de César Coronel se topó nuevamente la semana pasada cuando se trataba el tema de Gabela.
Los consultores ya presentaron el informe con las conclusiones de este caso. “Roberto Meza realizó una investigación y no se han entregado los resultados desde finales de noviembre del 2013”, sostiene César Coronel Vega.
Ante eso, él y su abogado interpusieron un recurso de hábeas data (entrega de información) para acceder al reporte definitivo de los peritos.
Ha transcurrido más de un año sin respuestas para los familiares del subteniente.
El pasado viernes, este Diario planteó al Ministerio del Interior, entre otras interrogantes, las siguientes: ¿Por qué aún no se entrega el informe de la pericia realizada? ¿A qué se debe la demora? Pero no hubo una contestación.
Lo último que supieron de Coronel fue que el 8 de julio del 2012 iba a salir franco y su enamorada lo esperaba en Quito para viajar a las aguas termales de Papallacta.
No llegó y ella se comunicó con el Comando de Sucumbíos para que le informaran lo que le había sucedido a su novio. Insistió que él no había llegado y que lo buscaran en su habitación del cuartel policial. Minutos después le avisaron que él aparentemente se había suicidado y la familia se trasladó a Nueva Loja para el reconocimiento del cadáver.
“La escena era de terror”, recuerda César Coronel. Una de las hermanas del fallecido filmó el reconocimiento del cuerpo del joven. Esa fue la única vez que vieron esas imágenes por el impacto emocional que causó en la familia. Luego, la grabación fue entregada a su abogado para que se impulsen las investigaciones del caso.
Fabiola Olivo guarda en su casa decenas de carpetas de colores con los expedientes de las investigaciones y fotos de este caso.
Las revisa minuciosamente y se contiene las lágrimas cuando le preguntan sobre su hijo. ¿Cómo era él? Cuenta que medía 1,87 metros y que se graduó con excelentes calificaciones en la Escuela Superior de Policía. Por eso lo seleccionaron para hacer un curso anti extorsión y secuestros en Colombia. Luego le dieron el pase a la Unidad Antisecuestros y Extorsión de la Policía (Unase).
Allí permaneció más de un año y luego lo trasladaron al Comando Provincial de Sucumbíos. Eso molesta a Coronel y pide que se investigue a un excomandante de la Policía. La razón: el subteniente mantuvo una relación sentimental con la hija del oficial, pero esta había terminado. El viaje a Papallacta lo iba a hacer con otra pareja.
Aprieta sus manos al recordarlo y fija su mirada en los documentos que guarda en su casa. No entiende por qué hasta ahora no le entregan los informes finales de la consultora forense brasileña. El 20 de mayo del 2014, envió una carta al Ministerio del Interior en la que pide respuestas.
En esta dice que los protocolos de las investigaciones fueron aprobados y acompañados por personal de esa Cartera de Estado. No entiende por qué no le entregan el reporte definitivo si ellos acompañaron en las investigaciones. Considera “una falta de respeto no dar respuesta a los innumerables contactos por varios medios. Siempre estuvimos abiertos a un diálogo y de nada sirvió”. Ahora esperan el informe.
En contexto
La empresa brasileña Consultoría Pericial fue contratada por el Gobierno para investigar casos como el del general de la FAE, Jorge Gabela, la muerte del maestro bilingüe Bosco Wisuma. A estos se suma el caso del subteniente de la Policía César Coronel Olivo.