Redacción Santo Domingo
El brote de la fiebre aftosa en Santo Domingo de los Tsáchilas, y la declaración de la cuarentena en esa provincia y en Esmeraldas, Guayas, Manabí, Santa Elena, El Oro y Los Ríos alteró los planes de los ganaderos de la zona.
Blanca Pastora Quevedo es propietaria de una finca en la preparroquia El Placer del Toachi. Ella planificó vender 12 toretes a fines de este mes. “Pero, con la fiebre, los animales se pusieron secos”.
Los focos de contagio
Según la Asogan, en 2007, el precio referencial del torete fue de USD 0,55 por libra. En este año ese precio se incrementó. Hasta antes del brote de la fiebre, la libra costaba USD 0,60. Por ejemplo, por un animal de 842 libras se pagaba USD 505.
En Manabí, los focos de infección de fiebre aftosa están en Olmedo, Jama, Flavio Alfaro y Chone. El coordinador provincial agropecuario, Javier Zambrano, confirmó tres casos y ya tomaron las medidas sanitarias necesarias. Se ejecutó la vacunación perifocal a más de 1 500 reses.
Los primeros casos de contagio se registraron en Colorados del Búa, Alma Lojana y Pueblo Nuevo, en Santo Domingo. Hasta el momento, según datos oficiales, la fiebre afectó a semovientes de 42 fincas.Quevedo sabe que frente al inesperado brote, deberá invertir recursos para alimentar dos meses más a sus animales. Su temor también surge por una posible reducción del precio del ganado.
Su meta era vender a USD 600 cada ejemplar. “Cuando no hay aftosa, ese es el precio ideal, pero con el brote de la fiebre se reduce considerablemente”.
Vicente Cedeño, un ganadero de Tosagua (Manabí), ya perdió dinero por el cierre de la feria de los martes en Santo Domingo. Al no enterarse de la prohibición, movilizó 35 cabezas de ganado hasta la capital tsáchila.
Su propósito era vender los ejemplares a los comerciantes de la zona. Para esto, el pasado lunes ingresó sus animales a los corrales de la Asociación de Ganaderos (Asogan). Pero el mismo día los sacó, por el cierre de la feria.
Pagó USD 35 para retirar a los animales del recinto. Además, USD 480 por el flete de dos camiones. “Es injusto que no nos dejen vender nuestros animales”.
Manuel Ludeña tiene su finca en el km 13 de la vía a Quinindé. Cada seis meses comercializa 30 toretes. Hasta antes del último brote de aftosa, los comerciantes le pagaban USD 350 por cada uno. “El finquero gasta y gasta y por la aftosa recibe un golpe en su economía, por la baja de precios”.
Él está seguro de que su ganado no tiene la fiebre, pero da por hecho que el precio disminuirá.
José Benavides también vive su propio drama. Desde el martes pasado no puede comprar 15 cabezas de ganado. La comercialización de los semovientes es su principal fuente de ingresos.
Adquiere los animales en la feria y luego los vende a los comerciantes de carne. Su utilidad promedio semanal es de USD 500. “Estoy cruzado de brazos. No me queda más que esperar que termine la cuarentena”.
Para reducir las pérdidas, los ganaderos no pierden la esperanza de que se realice la feria ganadera Expogan 2009, desde el 25 de junio hasta el 6 de julio.
El gerente de la Asogan, Fabricio Ordóñez, visitó 16 haciendas participantes. En lo que falta de esta semana irá a otras tres. Está previsto que unos 300 ejemplares de diferentes razas se expongan al público. En 2008 asistieron 30 000 visitantes.
Ordóñez aseguró que los animales que se exhibirán en la Expogan 2009 provienen de fincas libres de aftosa y de brucelosis. Esta última enfermedad ataca a bovinos, caprinos, ovinos y porcinos causando abortos.
El presidente del gremio ganadero, Vinicio Arteaga, está optimista de que el problema de la aftosa se controle en dos semanas.
Si eso ocurre, la Expogan 2009 se realizará con normalidad en la fecha prevista. Otro sector afectado por la prohibición de movilización de ganado es el desposte. El administrador del Camal Municipal de Santo Domingo, Jorge Pincay, prevé una baja del 25% en el faenamiento.
Para evitar que la fiebre salga de las 42 haciendas en donde se ha reportado su presencia, la fuerza pública realiza operativos en las vías de las siete provincias en cuarentena. Los uniformados retienen a los carros que movilizan cabezas de ganado.
De igual manera, los brigadistas recorren las fincas para inyectar a los animales. El pasado martes se distribuyeron las primeras 40 000 dosis para la inmunización. Ellos cobran USD 0,15 por cada vacuna aplicada. Las autoridades mantienen reuniones permanente para evaluar el control a la fiebre.