Redacción Negocios
A través de una caja de ahorro, Amparo Cuaical y 20 mujeres multiplican el ahorro y desarrollan iniciativas productivas. Por años han sido voluntarias del Centro Femenino 8 de Marzo de Chillogallo, en el sur de Quito, que hace obra social en el sector.
“Lo nuestro siempre ha sido el voluntariado, tenemos un centro de salud comunitario, capacitamos a mujeres, nunca habíamos sentido la necesidad de ahorrar…”, dice Amparo.
Sin embargo, la crisis económica del último año les llevó a abrir una caja de ahorro de la mano del Foro Urbano y la Fundación Terranueva. La una entidad promueve el ahorro, el crédito y el emprendimiento, y la otra dona capitales semilla.
Entre todas las socias acordaron que cada una ahorrará USD 5 mensuales y esto servirá para financiar sus necesidades urgentes, a manera de créditos.
Estos pequeños préstamos tienen una tasa de interés del 1% mensual y se paga, entre uno y tres meses, de acuerdo con la capacidad de cada una. Mientras más crece el ahorro, los montos de los créditos también suben.
Francisco Escobar, de Terranueva, explica que hay cajas que dan créditos de USD 800, 900, pero en estos casos baja el interés y se amplía el plazo de pago. Actualmente hay 45 cajas en seis administraciones zonales de Quito con un promedio de 16 personas cada una. Los intereses que ganan con los créditos son repartidos al final del año entre todos los miembros. Aunque hay casos en los que deciden reinvertir en más créditos.
El ahorro también sirve para emprendimientos económicos. De las 21 mujeres del Centro Femenino, 12 reciben capacitación en la fundación Maquita Cushunchic para hacer aretes y collares con vidrio. A esto se conoce como vitrofusión.
Terranueva aportó con un fondo de USD 1 090 para llevar adelante este proyecto, en tanto las mujeres invierten su ahorro en la materia prima.
El objetivo final es exportar sus productos a España, adonde una de las socias ya viajó para que 14 tiendas comunitarias de allá conocieran lo que hacen.
Este capital semilla también se otorgó a otras 29 cajas que ya están consolidadas. Entre ellas la caja de ahorro Manos Creativas, del barrio Matilde Álvarez de Guamaní. Ahí la tesorera, Flor Viteri, explica que el 70% de este monto sirve para capacitaciones en manualidades en el Consejo Provincial de Pichincha y el 30% restante es para ahorro de la caja, que a su vez sirve para créditos.
A medida que aprenden a elaborar sus productos enseñan a las socias que no pueden asistir a las capacitaciones y venden en un espacio que les dio la Administración Zonal Quitumbe.
De las ventas aportan el 1% a la caja de ahorro y el resto es su ganancia. “Lo que más nos mueve es sentirnos útiles no solo como amas de casa sino como emprendedoras”, enfatiza Flor.
Esta caja tenía 22 socias, pero ahora están 11. Una de las causas de esta deserción es que los esposos no les dejan ir a las reuniones y capacitaciones.
La caja Centro de Acopio de Carcelén Bajo, en cambio, es una de las más nuevas y que más crece. Se creó en agosto pasado con ocho personas, principalmente microempresarios, y hoy son 18. Cada uno ahorra USD 10 y hace un emprendimiento al mes.
Comenzaron vendiendo morocho, de lo cual donaron USD 135 a la caja. Los siguientes meses armaron rifas y ofertaron parrilladas. Hasta noviembre su recaudación bordeó los USD 900, lo cual les permite mejorar sus créditos y seguir creciendo con nuevas iniciativas productivas…