Washington Cobo
Este Gobierno fue elegido por un pueblo ávido de cambios. En campaña nunca mostraron tendencias comunistas. Hubo engaño. Hoy nos abruma con propaganda cansina e innecesaria, las cadenas nacionales se han hecho infinitas. El insulto y agravio es potestad exclusiva de su majestad. Hoy en Ecuador sólo hay una verdad, la del señor Presidente, quien puede hacer lo que quiera, porque al contrario de lo que predica, su revolución está culminando un proceso en el que los “nuevos amos” serán los únicos que gocen en este paraíso y todos los demás seremos sus vasallos que seguiremos viviendo en la inseguridad, pagando impuestos y sumidos en el miedo. Lo del periodista Palacio lo está demostrando, se juzga, por orden superior, con todo el rigor de la Ley, confirmando quién es el que manda. Ante esto lo único que nos queda a los ciudadanos comunes, sin otro poder que nuestra voz, es unirnos para pedir por milésima vez que se gobierne con los pies en la tierra por el bienestar de la mayoría con honestidad y con apego a la Ley. Para esto debe desprenderse de su soberbia insultante con aire de superioridad. Solo así podremos decir “la patria ya es de todos”, no antes.