Ciudad de México, DPA
A la salida del aeropuerto una enorme valla publicitaria con una sola palabra, Jaliwood, abre el apetito a los jurados, productores, directores, actores y actrices y todos los amantes del séptimo arte que se han dado cita una vez más en Guadalajara, Jalisco.
229
películas
se presentarán en la muestra oficial. Fueron seleccionadas de entre 940
inscritasEn esta vigésimo quinta edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, la barra de la apuesta está cada vez más alta: más películas, más invitados, más eventos especiales.
Las estadísticas del Festival anterior han quedado atrás. Esta vez son 229 películas seleccionadas -entre ellas 68 mexicanas- de las 940 inscritas. Se espera la presencia de 250 cineastas para presentar sus obras. La más nueva de ellas es la brasileña ‘Nao se pode viver sem amor’ que su director, Jorge Durán, traerá bajo el brazo, pues el filme salió del laboratorio hace solo dos días.
Ficción, documental, animación: un menú completo de la producción más reciente de América Latina y México, pero también de otros países, como Malasia y Sri Lanka, que participan por vez primera.
El largometraje más largo dura 159 minutos y el cortometraje más corto 90 segundos. La exhibición de ‘Un Profeta’ abrió oficialmente el Festival.
El largometraje de Jacques Audiard, que obtuvo el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes y nada menos que nueve premios César, narra una historia carcelaria donde la violencia y la corrupción sirven para analizar las relaciones de poder.
Es una de las películas francesas más premiadas y difundidas en el mundo, digna representación de una cinematografía que en este Festival recibe un homenaje especial, con la presencia de Agnès Varda y de varias películas suyas, sin duda las más importantes.
La realizadora de la ‘nueva ola’ del cine francés de los años 70, una de las pocas mujeres que destacó en medio de directores como Truffaut, Godard o Resnais, recibirá el Mayahuel de Plata en ceremonia especial.
La semana se anuncia llena de acontecimientos, no solo porque casi todas las películas programadas durante el Festival son estrenos, sino porque las actividades paralelas son también atractivas.
El actor estadounidense Matt Dillon fue homenajeado durante la gala de inauguración del Festival con el Premio Guadalajara Internacional, un premio joven que fue concedido por primera vez en 2009 a Emir Kusturica. Dillon, de 46 años, se destacó desde muy joven en películas emblemáticas como ‘The Outsiders’ (1982) y ‘Rumble Fish’ (1983) de Francis Ford Coppola.
En conferencia de prensa antes de recibir el premio, Dillon mostró su admiración por la cultura mexicana y por la Ciudad de México que comparó con “una Roma en el mundo moderno”.
Añadió que México vive ‘una suerte de Renacimiento, con mucho talento nuevo, y es importante porque es nuestro vecino’.
Dillon se refirió también al cine documental, que admira porque es “más difícil que el cine de ficción” y habló de un proyecto suyo de documental sobre la música cubana y mexicana y su influencia en Estados Unidos.
El Premio Guadalajara, otorgado a figuras del cine latinoamericano cuya carrera ha tenido un impacto internacional, será entregado a Rodrigo García por el conjunto de su carrera cinematográfica.
El realizador colombiano llega con su más reciente largometraje, ‘Mother and Child’, que cuenta en su reparto con actores consagrados como Naomi Watts y Samuel Jackson.
Las exhibiciones de documentales latinoamericanos en competencia se iniciaron con películas de Cuba (‘Ave María’, de Gustavo Pérez), Venezuela (‘Historia de un día’, de Rosana Matecki), Chile (‘El poder de la palabra’, de Francisco Hervé), Argentina (‘Los jóvenes muertos’, de Leandro Listorti y ‘Fragmentos de una búsqueda’, de Pablo Milstein y Norberto Ludin) y Brasil (‘Entre a luz e a sombra’, de Luciana Burlamaqui). La diversidad de temáticas y estilos en la selección de los documentales latinoamericanos muestra que el género mantiene su inspiración social, a pesar de la competencia del cine de ficción y de los pocos espacios de exhibición comerciales que hay en la región para el género documental.
En muchos países ese espacio está reducido a las cinematecas, a los cine-clubs y a los circuitos específicamente culturales.
“Existen muchos tipos de espectadores. No hay un solo gusto, un criterio, un tipo de sentido de humor”, afirmó Jorge Sánchez, director general del Festival, cuyo pasado se remonta a Zafra, productora y distribuidora de cine independiente mexicano y latinoamericano en los años 80.
Sánchez considera que “existen varios tipos de cine nacional y están surgiendo muchos más. No tengo la menor duda de que todos caben… o deberían caber, porque la realidad es que no es cierto, por ahora no todos caben”.