Militares ayudan en el rescate de los cuerpos del avión accidentado, que dejó a 22 personas fallecidas. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
Los soldados de la Brigada de Selva Pastaza improvisaron una camilla con palos, cuerdas y ropa. En las camas colocaron los cuerpos de los 19 paracaidistas, 2 pilotos y un mecánico. Los oficiales y soldados fallecieron al estrellarse el avión del Ejército Arava E-206. El accidente aéreo sucedió en el sector La Palmira, en la parroquia Fátima, en Pastaza.
Luis Castro, comandante de la Fuerza Terrestre, con el apoyo de 100 militares y rescatistas de la Policía, Bomberos Pastaza y de la Secretaria de Gestión de Riesgos los trasladaron en sus hombros. Caminaron 45 minutos por la agreste zona selvática de Puyo. El rescate duro tres horas.
El descenso no fue fácil. Un grupo de militares se encargó de improvisar un camino con machetes. Otros iluminaban el trayecto con linternas y un tercer grupo cargaba los cuerpos. “Vamos muchachos”, “tenemos que llevarlos a las ambulancias”, “cuidado al bajar” fueron algunas de las arengas que se escuchaban. Los gritos se confundían con los sonidos de los grillos, sapos y aves del sector.
En la vía empedrada y lodosa se encontraba Ricardo Patiño, ministro de Defensa, oficiales, habitantes del sector y un grupo de funcionarios de Pastaza.
Los carros de las instituciones de rescate se encontraban parqueados a lo largo de la vía. Patiño intentó subir a la zona del desastre, pero sin éxito.
El lodo, las piedras resbalosas y la espesa vegetación lo impidieron. Los oficiales de la Brigada de Selva Pastaza y Andrea Bermeo, coordinadora de la SGR de Pastaza, le informaron sobre la situación.
La funcionaria indicaba que 100 militares y rescatistas estaban en la zona. “No lo haga Ministro (Ricardo Patiño) porque ya está oscureciendo y se puede perder en la zona. Se improvisó una pista para el helicóptero, pero no pudo aterrizar porque ya está de noche”, dijo Bermeo.
Las declaraciones eran escuchadas con atención por el funcionario. Minutos después, Patiño pudo comunicarse por radio con el general Castro. El oficial le indicó las acciones que se realizaba en la zona de rescate y el traslado de los cuerpos a la morgue del Hospital de Puyo. “Me confirman que no se pudo hacer el rescate por la noche porque el helicóptero no puede aterrizar y lo difícil del sector. Queríamos acompañar a los rescatistas, pero nos informan que el camino es difícil y ahora vamos a estar acompañándoles a los valientes soldados y a las familias hasta su última despedida”, dijo Patiño.
Uno a uno fueron llegando los soldados con los cuerpos desde las 20:30. Los trasladan con cuidado a las ambulancias. Se persignaban y otros soldados se lamentaban por la pérdida de sus amigos.
Mientras la Policía Nacional resguardó los exteriores de la morgue del hospital. Los cuerpos fueron trasladados a la Base Aérea de la Brigada Selva Pastaza. Allí se ubicó una capilla ardiente. Los cuerpos serán trasladados a las 06:00 del miércoles 16 de marzo a Quito.