Los pases del Niño son una muestra del mestizaje

Escolares celebraron el pase del Niño. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

Escolares celebraron el pase del Niño. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

Escolares celebraron el pase del Niño. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

Los pases del Niño se mantienen como una tradición durante la semana previa a Navidad. Colectivos, escuelas y colegios se toman las calles del Centro Histórico de Quito en esta época para las representaciones religiosas. Para algunos especialistas, el mestizaje y la combinación de culturas que existen en el país se reflejan en esta manifestación cultural.

La socióloga Natalia Sierra explica que en los pesebres, por ejemplo, se puede ver la presencia de formas de la cultura española-católica, que es la dominante, pero en esa se cruzan todas las formas de los pueblos ancestrales como signos, animales y frutas que vienen de nuestras culturas y se conjugan entre sí.

Los pases del Niño son mezclados, sostiene Sierra, no tienen un anclaje fuerte en lo que viene de España, sino que están transformados por las formas propias de las culturas ancestrales. Es decir, se traducen las maneras culturales que provienen de la conquista europea a un lenguaje propio y se generan una relectura, un acontecimiento cultural.

Según Sierra, algunos pesebres incluyen animales como los cuyes, de la cultura andina, lo mismo que ocurre en los pases del Niño, en los que incluyen vacas locas o danzantes.

Para el antropólogo Jorge Villavicencio, en los pases del Niño no hay un sincretismo desde lo precolombino, sino más bien algo más reciente. Esta manifestación cultural sería más bien una representación que tiene raíces en la Colonia a través de lo religioso y sostiene que es una forma de cómo se reasume la ciudad.

Actualmente, dice Villavicencio, los pases del niño en algunos casos incluso incluyen figuras como superhéroes o han empezado a asumir representaciones más anglosajonas como la presencia del árbol de Navidad. Además, considera que la tradición se ha ido perdiendo, ya que en el pasado era algo común en todos los barrios de la ciudad.

El colegio Don Bosco, de La Tola, tuvo su pase del Niño este jueves, 22 de diciembre, que incluyó la participación de los 2 100 alumnos. El motivo del pase de este año fue mostrar la familia como núcleo de la sociedad quiteña. Foto: Galo Gaguay/ EL COMERCIO

Según Villavicencio, las prácticas prehispánicas como la celebración del Cápac Raymi, que se celebró este 21 de diciembre, han perdido el significado que tenían en el pasado dando paso a representaciones más coloniales y mestizas como las que se realizan en estos días previos a la Navidad.

El cronista de la ciudad, Alfonso Ortiz Crespo, coincide con este criterio. “Eso fue una cosa impuesta por los evangelizadores en la conquista, al igual que todas las creencias cristianas. Luego esas fiestas fueron apropiadas por el pueblo y fueron teniendo matices respecto de la cultura popular donde se filtraron valores y gustos del pueblo. Por ahí hay sacharrunas, unos osos, pero luego de 482 años de la conquista, me parece complicado encontrar esos elementos, esos rasgos aborígenes”.

La fiesta en las calles

Ayer, en el centro de Quito hubo dos multitudinarios pases del Niño, uno del Colegio Don Bosco, de La Tola, y el otro del Colegio San Andrés, del sector de San Francisco. Los dos tuvieron elementos alegóricos de la cultura quiteña y la fe religiosa católica.
El pase del Niño de la Unidad Educativa Franciscana San Andrés, contó con personajes de la sagrada familia, ángeles, pastores, payasos, incluso una banda de pueblo, chagrillo (pétalos de rosas), sahumerio, y hasta vacas locas.

Hasta hace unos 10 años el recorrido del pase del Niño del colegio San Andrés “era por todas las calles del Centro Histórico, pero el tráfico obligó a reducir ese caminar de fe”, comentó Wilson Rivadeneira, vicerrector del plantel. Ayer, la procesión se redujo a cinco calles: Alianza, Imbabura, Mideros, Cuenca y Sucre.

Mientras tanto, en el pase del Colegio Don Bosco, la temática del desfile fue la familia. A cada grado le tocó un subtema que lo desarrolló durante el programa. Según Robert Villagómez, rector de esta unidad educativa, esta temática fue elegida, porque “la familia es el principal sustento para niños y jóvenes”.

Villagómez explicó que en este programa navideño participaron los 2 010 estudiantes y 120 administrativos en este programa navideño. El agasajo empezó con una eucaristía solemne y después salieron los niños y jóvenes disfrazados a demostrar su fe.

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