Redacción Cuenca
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Cuenca vive un ambiente religioso y festivo por el pase del Niño Viajero. Unos 1 000 policías y militares estarán a cargo de la seguridad en el multitudinario desfile, que se inicia hoy a las 10:00.
Al control se unirá el personal de la Guardia Ciudadana, de Defensa Civil y Bomberos. Ellos atenderán casos de emergencia.
Desfile patrimonial
A las 18:30 de ayer se realizó el traslado de la imagen a la Catedral de Cuenca, para su velación y un recital de villancicos.
El pase del Niño Viajero es una expresión cultural religiosa declarada hace un año como Patrimonio Intangible, por el Instituto de Patrimonio Cultural. La Empresa de Aseo prevé realizar la recolección de basura antes y después del desfile.
Los fieles también están listos. La devota Jesús Crespo recolectó panes y caramelos entre las vendedoras de los mercados 9 de Octubre, Feria Libre y 10 de Agosto. Los repartirá a los participantes.
En cambio, Beatriz Álvarez de Pulla se encargará de ofrecer la chicha a los fieles. Según Diana Cárdenas, del grupo Hermano Miguel (organizador del pase), las religiosas del Monasterio del Carmen también entregarán caramelos a los niños disfrazados.
Por su parte, la Policía Nacional aportará con 35 000 botellas de agua que entregará a los participantes en la llegada del recorrido, que será el parque Calderón.
Antes del desfile que cumple 48 años, a las 07:00, habrá una eucaristía en la iglesia del Carmen, presidida por el arzobispo Luis Cabrera. 30 minutos después, la imagen de 1823
será trasladada, escoltada por policías, a la iglesia Corazón de Jesús.
En la puerta de ese templo se levantará un colorido altar desde donde el Niño Viajero presidirá la multitudinaria peregrinación. Como cada año, está previsto que el desfile culmine antes de las 17:00. A esa hora habrá otra misa en la iglesia de El Carmen.
Cuatro horas después se realizará la vigilia y adoración al Niño. A las 23:00 será la denominada Procesión de la Luz, por las calles del Centro Histórico.
La noche de martes también hubo un homenaje al Niño Viajero, en la plaza de Las Flores, en el centro de la urbe. Allí, pese a la falta de energía eléctrica, hubo decenas de fieles, que miraron el nacimiento vivo.
En un particular escenario de luces, colores, sonidos y formas, la reina de Cuenca, Ana Paulina Crespo, y otros 45 jóvenes del Grupo Hermano Miguel y del colegio Benigno Malo, reeditaron el nacimiento del Hijo de Dios.
Al finalizar, un espectáculo de luces, pirotecnia y danzas captó la atención de quienes presenciaron la obra de teatro. Al final se repartieron tamales a los presentes.
Este gesto es parte de esta tradicional celebración que se financia con fondos del Monasterio de El Carmen (limosnas y venta de productos como pasteles). También hay el aporte de priostes, Municipio y otras instituciones.