Partido de Sarkozy saca pobres resultados en elecciones regionales

París, DPA

En la primera vuelta de las elecciones regionales en Francia, celebrada ayer, el partido en el gobierno, el UMP del presidente Nicolas Sarkozy, sacó un resultado muy pobre, con tan sólo un 26 por ciento de los apoyos, según los primeros cómputos del Ministerio del Interior publicados hoy. Ahora, el UMP intenta minimizar los daños.

"Las elecciones en el ecuador de un mandato son siempre complicadas; en la segunda ronda todo es posible todavía", dijo el presidente Sarkozy en círculos privados, según informaciones publicadas hoy por el periódico "Le Parisien".

Pero también otros cabezas de partido del UMP tuvieron hoy palabras de aliento, como el secretario general, Xavier Bertrand, quien dijo que a la vista de la baja participación todavía puede haber una reserva de votos decisiva para la próxima semana, cuando se celebre la segunda vuelta. Sarkozy recibió así un duro varapalo en el ecuador de su mandato, por lo que se queda casi sin posibilidades en la segunda ronda, que se celebrará en una semana.

El Partido Socialista y otros grupos de izquierda sumaron en conjunto más del 50 por ciento de los votos, en unas elecciones importantes por ser una suerte de termómetro para medir las tendencias del electorado.

Los socialistas cosecharon un 29 por ciento de los votos, con una campaña basada en llamadas de castigo a la política de Sarkozy.

Así, se convierten en la fuerza más importante y pueden contar con una mayoría en casi todas las circunscripciones regionales.

Uno de los datos más preocupantes fue el buen resultado en todo el país de la formación ultraderechista de Jean-Marie Le Pen, el Frente Nacional, que consiguió un 12 por ciento de los votos, casi tantos como los Verdes.

Martine Aubry, jefa de los socialistas, hizo responsable hoy al presidente Sarkozy de esos resultados intranquilizantes, puesto que él introdujo el debate sobre la identidad nacional, lo cual, en su opinión, ha abierto las puertas a la extrema derecha.

En total estaban llamados a las urnas unos 44 millones de franceses para la elección de los parlamentos regionales.

Sin embargo, como estaba previsto, la mitad de ellos se quedaron en casa, por lo que la participación cayó hasta un mínimo histórico, un 46 por ciento.

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