El parque Jefferson Pérez está en completo abandono; los vecinos dicen que ahí se esconden delincuentes

El parque Jefferson Pérez, en el sur de Quito, está destruido y abandonado, los moradores del sector piden seguridad en la zona. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

El parque Jefferson Pérez, en el sur de Quito, está destruido y abandonado, los moradores del sector piden seguridad en la zona. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

El parque Jefferson Pérez, en el sur de Quito, está destruido y abandonado, los moradores del sector piden seguridad en la zona. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

Al menos seis personas han sido identificadas por los vecinos y deportistas que acuden diariamente al parque Jefferson Pérez, ubicado en las avenidas Carlos María de la Torre y Pedro Vicente Maldonado, en el centro- sur de Quito. Aseguran que ellos asaltan a los transeúntes y pernoctan en las inmediaciones del lugar.

Este espacio recreativo fue inaugurado en el 2003 durante la administración del exalcalde Paco Moncayo. Al principio, era uno de los atractivos de la capital: las piletas contaban con luces ornamentales y plantas decorativas. Las maderas de los senderos contrastaban con la vegetación. Cientos de personas acudían con sus familias a distraerse en horas de la noche para caminar por los senderos. También agentes metropolitanos y Policía Nacional realizaban rondas de vigilancia.

Como parte del proyecto de regeneración de este espacio público, se instalaron unas casetas de madera con bancas ubicadas junto a las gradas, en el filo de la quebrada. Hoy, estas se encuentran llenas de maleza y rotas, abundan los roedores y la basura. El mal olor del río Machángara invade el ambiente.

La basura y los roedores abundan en el parque Jefferson Pérez. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

Un árbol está caído en una de las escalinatas, lo cual impide el paso. Los usuarios se quejan de que antes había seguridad privada, pero ahora es imposible caminar por ese sector pasadas las 18:00.

Este Diario recorrió el ‘parque’ y constató que la zona norte, frente a la exparada Jefferson Pérez del Trolebús, detrás de una pileta que no funciona, hay una bodega abandonada. Allí duermen los indigentes por las noches. En el sitio hay mal olor y acumulación de basura entre la maleza.

Según los vecinos y transeúntes, de ese lugar salen los asaltantes que atacan a los peatones y ahí mismo se esconden. César Fonseca camina todos los días por el área porque el colegio de su hija se ubica a una cuadra del parque.

Piletas y senderos están abandonados en el parque. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

“A partir de las 12:00, desconocidos vienen a fumar (droga). Son como seis y no se puede decir nada. Roban con cuchillos”. Acota que ni los padres de familia de los estudiantes del centro educativo, a veces, se salvan de la delincuencia.

El morador Fabián Llerena pide al Municipio y la Policía Nacional que intervengan de forma inmediata porque los robos son recurrentes. “Primero les piden dinero, luego les quitan los celulares, relojes, carteras, entre otras pertenencias”.

Según los vecinos y transeúntes, el sitio es muy inseguro. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

En el parque hay un puente peatonal. En las bases de la infraestructura, un hombre instaló una covacha con plásticos y cartones. La gente siente miedo al caminar en ese lugar. Por allí también hay escombros y desperdicios regados sobre el césped. Las cercas de madera están rotas y los cables de acero que las sostienen se robaron. Las luces de la pileta sin agua también fueron sustraídas.

Junto al puente sobre el río Machángara, el sendero de madera está roto con una gran cantidad de desechos. La gente recomienda no ingresar allí porque los delincuentes se esconden entre los matorrales. Incluso prendas de vestir son arrojadas allí junto a decenas de latas de cemento de contacto y otros desechos.

Este espacio recreativo fue inaugurado en el 2003 durante la administración del exalcalde Paco Moncayo. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

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