Francisco: ‘Que no haya gente que se descarte’

A su arribo al Palacio de Carondelet, el papa Francisco saludó con los fieles que lo esperan en la Plaza Grande. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

A su arribo al Palacio de Carondelet, el papa Francisco saludó con los fieles que lo esperan en la Plaza Grande. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Como lo ha hecho ya en varias ocasiones desde que llegó al país, Francisco pidió a los presentes no olvidarse de rezar por él. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

La decoración del balcón de la Casa de Gobierno lo decía todo. Las banderas del Vaticano y del Ecuador eran la muestra de que se trataba de un diálogo entre el pastor principal de la Iglesia Católica, que además es Jefe de Estado, con un Jefe de Estado, que es además un católico practicante.

¿De qué hablaron el papa Francisco y el presidente Rafael Correa durante los 50 minutos que estuvieron juntos? No se sabe. Los medios, a excepción de fotógrafos y camarógrafos, no pudieron ingresar al Palacio de Carondelet. Se trataba de una de esas reuniones reservadas que tiene el Pontífice en esta gira por Ecuador, que terminará mañana, cuando vaya a Bolivia.

En Carondelet se vivía un intenso trajín. Funcionarios subían y bajaban las gradas. Colocaron 128 000 rosas ecuatorianas. A las 17:48, el Mandatario acompañó al coro durante el ensayo. Es que Correa desbordaba de alegría ni bien recibió al Pontífice, dos horas después, en la escalinata que da a la calle Chile. Y bailó al son de la música que se compuso especialmente para esta visita
.
La Plaza Grande fue también una fiesta. La lluvia no apaciguó los ánimos de los cientos de fieles que pudieron llegar allá. Eran los que tenían a mano una invitación que había entregado la Conferencia Episcopal Ecuatoriana. No vivieron lo mismo aquellos que habían llegado antes de las 13:00 con la esperanza de ver al Pontífice, rezar con él el avemaría a las puertas de la Catedral Metropolitana. Pero debieron dejar la plaza porque el sitio ya estaba reservado.

En calles aledañas, con sillas y paraguas, las personas intentaban ver a Francisco. Hasta su llegada, todos los accesos a la Plaza fueron infranqueables. En la calle García Moreno, el grito fue unánime: “Queremos pasar”. Y con este clamor, la muchedumbre logró avanzar y las barreras policiales se abrieron, hasta que los fieles pudieron llegar a la Plaza y coparon incluso el graderío del monumento a la Independencia.

“Francisco alegría, Francisco unidad, tú eres la esperanza para la humanidad” y “Francisco, Francisco, bendice al Ecuador, tú eres mensajero de Cristo Redentor”, gritaban los fieles.

La espera y la ansiedad, mientras el Santo Padre saludaba a personalidades y autoridades en la Presidencia, se terminaron en un grito masivo de los católicos: “¡Déjenlo salir!” Y entre ellos no faltaron comentarios, en referencia a la situación actual del país: “¡Que nos ilumine!”

Al fin, cerca de las 20:30, el Pontífice salió al atrio de la Catedral y bendijo al “noble pueblo ecuatoriano, para que no haya diferencias, que no haya exclusivos, que no haya gente que se descarte. Que todos sean hermanos, que se incluya a todos y que no haya ninguno que esté fuera de esta gran nación ecuatoriana”.

Como lo ha hecho ya en varias ocasiones desde que llegó al país, Francisco pidió a los presentes no olvidarse de rezar por él.
No hubo en la jornada de ayer ningún atisbo de expresión política, como sí la hubo durante el recorrido del papamóvil el domingo. Pero el Presidente no acompañó a Francisco en la puerta de la Catedral. En la calle que separa ambos edificios, el Mandatario se despidió y regresó a la Presidencia.

Una carta para el Papa

Para el colectivo Yasunidos, la Conaie y la Comisión de Vivencia, Fe y Política, la llegada del papa Francisco a Ecuador es una nueva oportunidad para que sus propuestas y exigencias sean escuchadas. Estas agrupaciones pusieron en marcha, ayer y hoy, la recolección de firmas para, junto con una carta, entregarlas al Pontífice en el encuentro que este tendrá con la sociedad civil en San Francisco en la tarde de hoy.

Veinte y cinco representantes de la Conaie fueron invitados a formar parte del encuentro con el Sumo Pontífice. Los representantes solicitaron tener un diálogo directo y sin intermediarios para debatir con el Papa sobre temas ecológicos, apropósito de la encíclica ‘Laudato si’, sobre el cambio climático y la protección de pueblos vulnerables.

Carlos Pérez Guartambel, de la Ecuarunari, expresó que la Iglesia tiene una deuda histórica.“No vamos a contentarnos, no vamos a aceptar la neutralidad de la Iglesia. Aquí no hay neutrales: o estamos con los de arriba o estamos con los de abajo”.

Yasunidos propondrá que se conceda amnistía y libertad a los defensores de la naturaleza y a los luchadores sociales ‘por ser defensores de la creación’. Además, pedirán que “el Gobierno pare el exterminio de los pueblos aislados en el Yasuní, y finalice las exploraciones petroleras que afectan su vida y su territorio”.
Eduardo Pichilingue, su vocero, recordó que las puertas para sus propuestas se han cerrado desde la vía legal. Han acudido a organismos internacionales para denunciar la negativa a una consulta popular que evite la explotación petrolera en esa zona de la Amazonía.

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