El papa Francisco realizó el lavatorio de pies a los refugiados, en el Jueves Santo, este 24 de marzo del 2016. Foto: AFP
El papa Francisco lavó hoy, jueves 24 de marzo del 2016, los pies de refugiados de África e India de diversas religiones y, por primera vez, de cuatro mujeres, en un gesto de humildad.
La actividad replica al gesto de Jesús con sus discípulos en la Última Cena según la tradición católica, en el marco de las celebraciones de Jueves Santo.
Entre los solicitantes de asilo elegidos para el ritual se encontraban tres musulmanes de Mali. “Ya sean musulmanes, hindúes, católicos o coptos, todos somos hermanos, todos somos hijos del mismo Dios”, dijo el Pontífice durante la ceremonia.
Además de los tres malienses musulmanes, lavó, secó y besó los pies de un hindú de India, tres mujeres coptas ortodoxas de Eritrea, cuatro católicos de Nigeria y una cooperante italiana en la tradicional ceremonia de la misa de Jueves Santo, celebrada en un hogar de acogida de refugiados en Castelnuovo di Porto, a las puertas de Roma, que alberga en estos momentos a más de 800 personas de 26 países.
Los refugiados se mostraron muy emocionados y muchos lloraron ante el gesto del Papa. En la ceremonia, Francisco también recordó los atentados de Bruselas: “Fue un gesto de destrucción, un gesto de guerra, de personas que no quieren vivir en paz”.
En enero, el Papa anunció un cambio en el ritual y permitió que mujeres y niñas puedan también participar en el acto, que recuerda al que tuvo Jesucristo en la Última Cena en un gesto de humildad con sus discípulos.
Las festividades de Semana Santa en el Vaticano habían arrancado esta mañana con la Misa Crismal en la Basílica de San Pedro, en la que el Papa llamó a los sacerdotes a regresar a una verdadera vida espiritual y a no dejarse distraer por las tentaciones del mundo moderno.
“Sentimos que nuestra alma anda sedienta de espiritualidad”, señaló. Al mismo tiempo, advirtió contra un “exceso de espiritualidades ‘light’ (…). “También nos sentimos prisioneros, pero no rodeados como tantos pueblos, por infranqueables muros de piedra o de alambrados de acero, sino por una mundanidad virtual que se abre o cierra con un simple click”, añadió el Papa.
Después, el Pontífice se dedicó a bendecir los óleos sagrados utilizados por los sacerdotes a lo largo del año para administrar los sacramentos de la unción de enfermos y la confirmación.
Mañana tendrá lugar la celebración de la pasión de Jesús en la Basílica de San Pedro y después, en el Coliseo, el Papa participará en el tradicional Vía Crucis.