Paola Carvajal, exgerenta de Tame, durante una rueda de prensa en Quito. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO
Tras cerca de seis meses de gestión, Paola Carvajal renunció a la gerencia de la aerolínea estatal Tame. La funcionaria asumió el cargo en septiembre del año pasado y en su función la aerolínea inicio una serie de ajustes en sus operaciones.
En vuelos internos Tame dejó de volar la ruta Latacunga-El Coca-Latacunga, así como Quito-Macas-Tena-Quito; en los vuelos internacionales canceló la ruta entre Quito hacia Sao Paulo (Brasil) y Fort Lauderdale (EE.UU.).
En febrero pasado, Carvajal informó que la aerolínea atraviesa un proceso de estabilización y reestructuración que tiene como objetivo potenciar las operaciones nacionales e internacionales.
Uno de los desafíos de la aerolínea estatal pasa en los últimos dos años por el tema económico, con un déficit de USD 48 millones en 2014 y de 10 millones el año pasado. Carvajal reconoció en su momento que “es un déficit importante generado por decisiones de anteriores gerentes. Para este año calculamos un déficit similar al del 2015 y esperamos beneficios económicos para el 2017”, dijo en una rueda de prensa a mediados de febrero pasado.
Allí también dio a conocer que Tame se encuentra en la búsqueda de un socio estratégico para fortalecer su operación y la parte técnica. Según Carvajal, se busca un socio con músculo financiero y experiencia en el negocio de la aviación comercial.
Para cumplir la meta de contar con un socio, Tame planea ajustar su flota de aviones. En la actualidad suma 17 aeronaves, entre Airbus, Embraer y ATR. Para esto el plan es vender los aviones Embraer y quedarse con 11 aeronaves.