Aunque sin la misma fuerza que en la capital, en varias ciudades del país hubo marchas. En Cuenca, Guayaquil, Riobamba, Ibarra, Ambato, Latacunga, Portoviejo, las organizaciones sindicales y sociales se sumaron a la convocatoria de esta movilización nacional para expresar su desacuerdo con el Gobierno.
Las banderas del Frente Popular y la UNE predominaron en la marcha que se realizó ayer en Cuenca. Grupos de trabajadores y maestros encabezaron la protesta que se inició en el parque San Blas a las 17:00, con una hora de retraso.
Conforme avanzaban los manifestantes con dirección al parque Calderón se sumaron estudiantes universitarios, políticos, abogados en libre ejercicio, ciclistas y comerciantes. Fueron tres cuadras ocupadas por los participantes.
Hubo espacio para otros reclamos. Los estudiantes secundarios pedían que el pasaje urbano no se incrementara y los perjudicados de la cooperativa de ahorro y crédito Coopera, que cerró en junio del 2013, reclamaban por sus depósitos.
“Aquí le decimos una vez más al Régimen que los trabajadores estamos de pie en contra de la política de la mal llamada revolución ciudadana”, argumentó Édison Déleg, dirigente de la Coordinadora de Trabajadores y Movimientos Sociales del Azuay, quien lideró la protesta.
También con una hora de retraso comenzó el recorrido en Guayaquil, que estuvo liderado por la Red de Jubilados. Pero además de sindicalizados, sectores independientes se sumaron. Rechazaron la explotación petrolera en el Yasuní y otros pedían la extradición de Pedro Delgado, refugiado en EE.UU.
No faltaron rostros conocidos de la política, como la asambleísta Cristina Reyes (PSC- Madera de Guerrero) y Martha Roldós Bucaram. También la Unión Nacional de Educadores (UNE) estuvo presente. Según Vicente Suárez, uno de sus líderes en la provincia, el Gobierno tiene relegados a muchos profesores con trayectoria educacional al no subirles salarios hace dos años y no aplicar los beneficios luego de la recategorización.
En Riobamba, la lluvia no fue impedimento para los marchantes. “Fuera Correa, fuera” fue la consigna que gritaron las cerca de 500 personas que recorrieron las calles céntricas de la capital de Chimborazo.
“Este Gobierno nos ha hecho daño, empezó por dividirnos y fracturarnos para centralizarse en el poder. Eso no es democracia”, dijo Delfín Tenesaca, dirigente indígena de la provincia.
Al llegar a la intersección con la calle Colón, se produjeron desmanes. Los marchantes querían seguir su recorrido, pero un grupo de policías lo impedía. Es que en el Parque Pedro Vicente Maldonado, el oficialismo instaló una tarima hasta donde llegó la contramarcha organizada por AP.
“No tienen permiso para continuar la marcha por esta ruta”, les decía Steve Mejía, intendente de Policía. Sin embargo, los marchantes empujaron a los policías y concluyeron su recorrido. Los desmanes se registraron minutos después, en la calle Primera Constituyente. Los policías detuvieron a la gente que intentaba ingresar a la tarima del oficialismo.
En Esmeraldas se concentraron aproximadamente 1 500 personas. La concentración se dio en las inmediaciones del Parque Infantil (centro de la ciudad de Esmeraldas) desde las 16:00, hasta donde llegaron trabajadores, obreros y empleados no afines al Gobierno.
La Gobernación de Esmeraldas, la Central Política Patria Grande de Alianza País (AP) y la Alcaldía del cantón, fueron fuertemente resguardadas por personal de la Policía y del Grupo de Operaciones Especiales (GOE), los que portaban equipos antimotines.
Los carteles con leyendas como: ¡No más abusos! ¡Fuera Correa! ¡Contra la corrupción! ¡No más impuestos! ¡Contra el alza del aceite y el arroz! se leyeron mientras los manifestantes avanzaron por la avenida José Joaquín Olmedo, calle Juan de Salinas y Bolívar.
En Portoviejo eran pocos: 250 o 300. Entre ellos estuvo Mery Zamora, la expresidenta de la UNE. Algunos escribieron frases como “Tarjeta roja a los impuestos, las cocinas de inducción y la reelección indefinida”. Pablo Cornejo, un activista de Manta, se sumó a la marcha. “La gente está cansada de tantos impuestos, el Gobierno les pone sus nombres pero al final son medidas que golpean en la economía familiar”, reseñó.
En Ambato, la lluvia no fue un impedimento. De hecho, el sonido de la banda de pueblo puso la nota de alegría. Uno de los participantes fue Fausto Valencia, de 65 años. Según él, las medidas adoptadas por el Gobierno sí afectan a la economía del pueblo. “Además, no tenemos las libertades para protestar y la gente tiene miedo. Pese a eso estamos en las calles”.
En Ibarra, los manifestantes, gritaban consignas contra las enmiendas constitucionales, la reforma laboral, los impuestos. Cientos de policías intentaron detener la marcha. Sin embargo, se produjo un forcejeo que rompió el cerco de la Fuerza Pública.
Los agentes lanzaron gas lacrimógeno. A pesar de ello, los dirigentes de la manifestación solicitaban calma a los protestantes. Militantes de la Federación de Indígenas y Campesinos de Imbabura se movilizaron a Quito y a Cayambe para participar en otras marchas contra Correa.
En contexto
La movilización convocada por las organizaciones sindicales tuvo efecto en todo el país. Al menos en 14 ciudades se movilizaron. Los reclamos fueron por las enmiendas constitucionales, los aranceles, el IESS, el acceso libre y gratuito a las universidades.