El pago de daños tras la explosión de gas, en duda

Las ventanas del edificio Appenzell fueron afectadas por la explosión de gas, el miércoles. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

Las ventanas del edificio Appenzell fueron afectadas por la explosión de gas, el miércoles. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

Las ventanas del edificio Appenzell fueron afectadas por la explosión de gas, el miércoles. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

Después de la explosión que se registró, el miércoles pasado, en el edificio Appenzell, ubicado en la avenida Eloy Alfaro, en el norte de Quito, el ambiente en el sector es de incertidumbre. La interrogante de los habitantes es: ¿quién va a responder por los daños causados, principalmente, en las ventanas de las edificaciones? Esta inquietud aún no tiene respuesta.

Ayer, 11 de diciembre, en un recorrido realizado por este Diario, se observó que las ventanas de vidrio fueron sustituidas por plásticos negros y transparentes. Así se evitará el frío de la noche.

La peluquería Bali, ubicada frente al edificio, quedó con dos ventanales rotos y una pared agrietada. Gabriel González, propietario, relató que, al momento, nadie se ha acercado a su local para ofrecer ayuda con los gastos económicos. Por lo que empezó a cotizar el costo de las ventanas. En su caso, el valor asciende a USD 600. “Tengo que cambiarlas por seguridad mía y de mis clientes”.

Él habla de una opción: enviar la factura al edificio donde se originó el incidente.

Otro de los inmuebles afectados fue el Hotel Stanford Suites. Fueron siete habitaciones las que quedaron con los vidrios rotos. Marco Andrade, encargado, aseguró que tuvieron que cambiar inmediatamente la puerta para no causar molestias en sus huéspedes. Todavía no reemplazan los vidrios de las ventanas de las habitaciones. El motivo: son costosos por su grosor. “Debemos desembolsar unos USD 2 000”.

A los habitantes de la zona no solo les preocupa el tema económico, sino la seguridad. Jefferson Conforme, quien trabaja en la zona, relató que la explosión dejó secuelas. “Todavía sentimos nervios y un poco de temor”.

Alrededor de las 12:00, el carro recolector de basura de la Empresa Pública Metropolitana de Aseo (Emaseo) recogió los desechos: vidrios rotos en cartones y baldes, y demás desperdicios.

Bomberos analiza el caso

Se prevé que el informe del Cuerpo de Bomberos de Quito se lo entregue hoy. Sin embargo, en un análisis preliminar se determinó que la explosión no se produjo en el sistema de gas centralizado del edificio.

De acuerdo con los reportes, la fuga se habría originado en la cocina de una suite del octavo piso. La acumulación de gas en el ambiente tenía en promedio cinco horas, esto causó una onda expansiva de 100 metros.

Hasta la fecha, se han atendido 148 emergencias relacionadas a problemas con el gas. De estas cuatro por gas centralizado y, el resto, por fugas o explosiones de gas doméstico.

Según Carlos Marcillo, director de Operaciones del Cuerpo de Bomberos de Quito, el gas centralizado brinda garantías siempre y cuando no se altere el mecanismo y se haga mantenimiento constante.

La mayoría de edificios nuevos incluye este mecanismo. En este 2014 se han emitido 353 permisos definitivos. El sector en donde más se tramita este tipo de autorizaciones es el del centro-norte.

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