Raúl Córdoba AvilésEl dictamen judicial impuesto en primera instancia al periodista Emilio Palacio, editorialista de diario El Universo, significaría que la libertad de expresión en Ecuador está en “pindingas”, es decir, en situación de inseguridad y zozobra, ya que constituye una amenaza para todos quienes ejercen el derecho a emitir su opinión. Al respecto, se informa que una jueza de Garantías Penales condenó a Palacio a tres años de cárcel y USD 10 000 por los costos del juicio, por un artículo de su responsabilidad, publicado el 27 de agosto del 2009 bajo el título “Camilo, el matón”. Yo me pregunto ¿Habrá la jueza sopesado en su cerebro el adjetivo coloquial matón, antes de emitir su apresurado dictamen? “Matón” es un ecuatorianismo que se lo aplica al estudiante muy aplicado y según el diccionario, significa también espadachín, pendenciero. Es decir un diestro esgrimidor. Desconozco si el señor Samán tenga estos atributos.Lo curioso del caso es que el tal ejercicio de la libertad de prensa y de expresión fue instaurada desde el inicio del régimen que preside el presidente Correa, quien seguramente en base de esa misma libertad, (según la Fundación Ethos) lanzó al aire 171 insultos en las cadenas sabatinas del 2009 contra políticos, prensa, sectores sociales, gremios, etc. y nadie ha iniciado a más de seguir soñando en la larga noche neoliberal.