Los técnicos realizan revisiones frecuentes de estas unidades que están armadas desde el 2016. Foto: Xavier Caivingaua para EL COMERCIO
En diciembre del 2017 vencerá el último plazo comprometido por el alcalde de Cuenca, Marcelo Cabrera, para poner a funcionar el tranvía.
Además de encontrar un nuevo constructor, tras la terminación unilateral del contrato de las obras civiles con el Consorcio Cuatro Ríos, Cabrera tiene pendiente el proceso de operatividad del sistema.
Para la concejala Dora Ordóñez, si bien los dos temas están relacionados, la parte más compleja es la operación y puesta en marcha del tranvía porque necesita una norma legal, definir la tarifa y quién y cómo va a operar el sistema.
Además, seleccionar y formar el personal técnico-administrativo, seguridad y la reorganización del transporte urbano. Todo está pendiente.
Las obras civiles tienen un avance del 65%. Aparte de las obras civiles en los 11 kilómetros del trazado, está pendiente el nuevo sistema de semáforos, la señalización y el sistema tecnológico de recaudación.
Aún no existe un estudio que determine los ingresos y egresos reales que ocasionará el servicio, dice Ordóñez.
Cuando Paúl Granda, el exalcalde de Cuenca, presentó el proyecto, aseguró que el tranvía movería 120 000 pasajeros al día. Habló de una tarifa de 25 centavos que permitiría generar ingresos por USD 7,1 millones al año y gastos de operación de USD 5,5 millones.
Para el director de la Unidad Ejecutora del Tranvía, Guillermo Argudo, esos datos no son reales porque desde hace más de tres años el transporte urbano reclama un incremento del pasaje, porque no es rentable y el Municipio financia la tarifa diferenciada. “El país no tiene experiencia en tranvías y nadie conoce los costos de mantenimiento”.
A principios de diciembre del 2016, Cabrera firmó una consultoría con la Universidad de Cuenca para conocer el costo real de la tarifa de transporte urbano, pero no incluye la del tranvía. Estará lista en 120 días y el Concejo Cantonal deberá aprobarla o modificarla.
Para Ordóñez, mientras la tarifa no se defina ninguna firma se hará cargo de la parte operativa-comercial porque no tendrá un cálculo de los ingresos. Según Argudo, el Municipio trabaja en la creación de una empresa pública para la operación del tranvía.
En principio se contratará una empresa extranjera con experiencia para empezar las operaciones. El alcalde Cabrera se reunió con representantes de la empresa pública colombiana Metro de Medellín y esta “sería la alternativa para la operación”. Hay otra firma argentina interesada.
Argudo admitió que por lo menos tomará seis meses la creación de una empresa pública que deberá tener una ordenanza que determine desde el funcionamiento del sistema, máquinas, responsabilidades del personal y autoridades.
Se prevé que el proyecto opere con 110 personas entre administrativos y técnicos, de los cuales 40 serán conductores. Hasta el momento solo existe una preselección.
El contrato con Alston –la firma francesa encargada de la construcción de los tranvías y rieles- incluye la capacitación al personal y acompañar en el proceso durante seis meses.
Santiago López, coordinador de las empresas municipales, comenta que de cualquier forma que opere, todo el personal será ecuatoriano.
El contrato con Alston tiene un avance del 90%. Está pendiente la colocación de rieles en dos kilómetros, donde el Consorcio Cuatro Ríos no ejecutó las obras civiles.
Según Argudo, por este tema están solicitando una ampliación del plazo que finalizará en julio. Al momento, algunos técnicos permanecen en el patio taller donde realizan pequeños ajustes en los vagones y en la colocación de los rieles en las calles donde se terminan las obras civiles.
A Ordóñez le preocupa por la vida útil de los vagones, que está estimada en 15 años. Los 14 vehículos tienen más de un año en el país y “por más que no estén circulando su vida útil se acorta”.
Ella dice que las condiciones de rodamiento y amortiguamiento de los trenes pueden afectarse por estar parados. Aún no se registran gastos de mantenimiento de los 14 tranvías porque el Municipio no recibe oficialmente los vehículos y los rieles.