Birmania es acusada de limpieza étnica tras el lanzamiento a fines de agosto del año pasado de operaciones del ejército contra extremistas rohinyás en el oeste del país. Foto: Agencia AFP
La ONU deploró este martes 13 de febrero de 2018 que persistan las amenazas y tensiones en Birmania contra los musulmanes rohinyás, a la vez que advirtió que no están dadas las condiciones para el regreso de cientos de miles de miembros de esta minoría que huyeron a Bangladés.
“Tras cinco meses, el flujo continúa sin interrupción”, dijo el subsecretario general adjunto de la ONU para asuntos políticos, Miroslav Jenca. Recordando las tres exigencias establecidas hace tres meses por el Consejo de Seguridad -detener la violencia, permitir el acceso humanitario y el regreso de refugiados-, el responsable añadió que “nada de eso ha sido puesto en marcha”.
“Las amenazas se mantienen, igual que las tensiones” y “estamos preocupados por la protección de aquellos que volvieron” a Birmania, precisó. Los refugiados se arrepienten de haber vuelto a Birmania, reiteró el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, al hablar por videoconferencia con el Consejo de Seguridad. También confirmó que el flujo de refugiados hacia Bangladés continúa.
“Los reportes de violencia se mantienen” y “es importante que las fronteras permanezcan abiertas”, dijo. “Permítanme ser claro: las condiciones aún no están dadas para la repatriación voluntaria de los refugiados rohinyás”, aseguró Grandi, añadiendo que las “causas que los llevaron a huir no han sido atendidas”.
Jenca, de su lado, también señaló que el “acceso humanitario continúa siendo muy complicado” en el estado de Rakáin (oeste). Por otro lado, pidió la libertad de dos periodistas de la agencia Reuters, presos desde hace dos meses por haber investigado una masacre.
Hasta ahora, el Consejo de Seguridad se había reunido poco para analizar esta crisis, principalmente por oposición de China, primer aliado del régimen birmano. Birmania es acusada de limpieza étnica tras el lanzamiento a fines de agosto del año pasado de operaciones del ejército contra extremistas rohinyás en el oeste del país.
Más de 690 000 miembros de esta minoría que vivían en esa región se han refugiado en Bangladés. El ejército y milicias budistas están señaladas de violaciones, torturas, asesinatos e incendios de poblados, entre otros.