¿Despilfarro o error humano?

Las quejas sobre los costos adicionales que tiene que pagar el Gobierno en la contratación de las obras públicas se han vuelto repetidas en los enlaces sabatinos o en los elocuentes actos de inauguración, precisamente de esas obras.

Algunos ejemplos: el más reciente en el Enlace 381 transmitido desde el cantón San Bartolomé de Déleg (Cañar). Allí, la queja fue por haber pagado USD 700 000 adicionales en la construcción del puente que une a Durán con la isla Santay.

Otro caso fue la molestia presidencial en la inauguración del mayor proyecto de gas del país llamado Sistema de Recepción, Almacenamiento, Transporte y Distribución de Gas Licuado de Petróleo, en Monteverde, provincia de Santa Elena.

Allí con la vehemencia que caracteriza al Mandatario, cuestionó que el costo final del proyecto representó el doble de lo presupuestado; es decir, de los USD 300 millones originales, el monto final ascendió a más de 570 millones. A esto se añadió que debía ser culminado en el 2010 y el acto oficial de entrega del proyecto se dio hace poco: el 26 de junio.

Los ejemplos se repiten y existen otras obras. En mayo, por ejemplo, se cuestionó la falta de planificación financiera en la adecuación del Colegio Militar nro. 14 o también el reclamo en el Enlace 372 del mismo mes, sobre la falta de avances en la construcción del paso lateral de Arenillas en El Oro. Otra situación se dio en enero pasado, con la construcción del Acuario de Valdivia: en esa ocasión hasta se acusó de estafa.

Cuando desde el propio Gobierno existe interés de preservar las finanzas públicas frente a “años difíciles”, como se ha advertido que serán el 2014 y el 2015, surgen las dudas sobre qué está pasando en la contratación de la obra pública. ¿Acaso el apresuramiento de edificar obras que reflejen la gran obra pública oficial demuestran falta de planificación y se toman decisiones equivocadas? ¿Despilfarro? ¿Error humano? ¿Quién controla la calidad del gasto público?

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