Washington, DPA
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sigue insatisfecho con los bancos de su país y hoy se reúne con los máximos directivos de 12 de las principales entidades bancarias para impulsar una mayor contribución a la recuperación económica.
En especial quiere conseguir que el lento flujo crediticio a los ciudadanos se avive, con lo que se estaría dando un paso decisivo para la recuperación de la economía. Además, quiere convencer a los bancos de que es imprescindible una amplia reforma de los mercados financieros con regulaciones más estrictas.
Los representantes del sector se han unido contra ese proyecto, que el viernes fue aprobado por la Cámara de Representantes. Intentan presionar a los conservadores y a los demócratas moderados con el argumento de que algunas de las medidas estrangularán el sector financiero y dañarán a la economía. El Senado probablemente comenzará a debatir este proyecto de reforma en la primera mitad del próximo año.
El domingo Obama dejó claro su enojo con los bancos, cuando en una entrevista con la emisora ABC habló de los “peces gordos” de los bancos, “que sencillamente no entienden (lo que pasa)”. Resulta realmente frustrante que las mismas instituciones que se salvaron con dinero del contribuyente ahora luchen contra la regularización con “dientes y uñas”, dijo.
El borrador aprobado por la Cámara de Representantes contempla la creación de nuevos órganos de control. Además, el banco emisor de Estados Unidos, la Reserva Federal, asumirá más competencias de vigilancia para poder detectar a tiempo amenazas al sistema financiero. Se prevé además la creación de un nuevo departamento para proteger a los clientes financieros.