Washington. DPA y Reuters
Barack Obama achacó ayer el fallido atentado contra un avión el día de Navidad a una “mezcla de errores humanos y sistémicos” que calificó de “totalmente inaceptable”. El Presidente de EE.UU. prometió, además, buscar “responsabilidades” entre la comunidad de inteligencia.
En una alocución radiada desde Hawái, donde pasa sus vacaciones navideñas, el Jefe de la Casa Blanca sentenció: “Tenemos que aprender de este episodio y actuar rápidamente para arreglar los fallos en nuestro sistema, porque nuestra seguridad y vidas están en juego”.
Obama interrumpió ayer, por segundo día consecutivo, sus vacaciones para hablar al público sobre las investigaciones tras el fallido atentado del 25 de diciembre. Ese día, el joven nigeriano Umar Faruk Abdulmutallab trató infructuosamente de detonar un explosivo escondido en su ropa interior cuando el avión, procedente de Ámsterdam, se disponía a aterrizar en Detroit.
De este modo, Obama parece hacer frente a las numerosas críticas surgidas sobre todo desde la oposición republicana a la falta de una reacción inmediata suya tras conocerse, la misma noche del 25, que se había logrado frustrar un atentado que el diario The Washington Post considera que podría haber constituido la “amenaza terrorista más grave” desde los ataques perpetrados el 11 de septiembre de 2001. En su alocución, Obama reiteró, como había anunciado la víspera, que ha ordenado una revisión de los sistemas de vigilancia.
Mientras tanto, las autoridades de Yemen confirmaron ayer que el nigeriano acusado de un intento de atentado terrorista vivía en Sanaa hasta hace pocas semanas. Abdulmutallab abandonó Yemen a principios de diciembre, luego de haber asistido a clases de lengua árabe desde principios de agosto pasado.
Abdulmutallab, hijo de un banquero con alto poder adquisitivo, había confesado al FBI tras el fallido atentado contra el vuelo entre Ámsterdam y Detroit el día de Navidad, haber recibido entrenamiento de una célula de la red terrorista Al Qaeda en Yemen.
Precisamente, funcionarios en Washington admitieron ayer que la rama de Al Qaeda en la península Arábiga se ha transformado de una amenaza regional con ambiciones globales más activas de la red fuera de Pakistán y Afganistán, según agencias de espionaje de Estados Unidos.
El crecimiento de la amenaza de Al Qaeda en Yemen, el país más pobre del mundo árabe, ha sido observado con alarma por las agencias de inteligencia de Estados Unidos y llevó al presidente Obama a extender, a comienzos de mes, la ayuda al Gobierno yemení para lanzar ataques contra escondites de milicianos.
El ministro de Relaciones Exteriores de Yemen, Abubakr al-Qirbi, declaró a la BBC que puede haber hasta 300 milicianos de Al Qaeda en su país.
Yemen es clave en el ataque
Luego del atentado fallido contra un avión de pasajeros estadounidense el viernes pasado, se acumulan las pistas de un complot terrorista preparado hace largo tiempo en Yemen con participación de ex presos en Guantánamo. Dos de los cuatro presuntos autores intelectuales del fracasado ataque en Detroit estuvieron recluidos en la prisión estadounidense en Cuba.
Así lo informó la cadena estadounidense ABC.
Muhamad Attik al Harbi y Said Alí Shari, dos sauditas que llevaron respectivamente los números 333 y 372 en la controvertida prisión de Guantánamo, fueron entregados a inicios de noviembre de 2007 a su país, sostuvo ABC, citando fuentes gubernamentales y documentos del Departamento de Defensa de EE.UU.