Redacción Ibarra
Él era un hombre callado que entraba y salía de su departamento sin darse a notar. Lo conocí hace cuatro años en El Ángel (Carchi) y nos hicimos amigos en Imbabura”.
Este diálogo se desarrolla en la planta baja de la casa amarilla de dos pisos, ubicada a un costado de la avenida Cristóbal de Troya y Aurelio Mosquera, al noroccidente de Ibarra. Son las 16:00 del viernes 30.
Las evidencias
Los videos pornográficos se venden libremente en los puestos de las calles Sánchez y Cifuentes, y Bolívar y Sucre.
La mayoría de videos provenían del Carchi.Quien habla es Jaime N. (nombre protegido). El joven todavía no se repone del susto por el operativo policial del pasado miércoles. Esa tarde, alrededor de las 16:30, agentes de la Dirección Nacional de la Policía Especializada en Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen) y el agente fiscal, Pablo Herrera, ingresaron a esa vivienda para apresar a Cristian Lema Velásquez, 28 años.
Se lo acusó de participar presuntamente de la comercialización de material pornográfico infantil. El Consejo Nacional de Telecomunicaciones dio el aviso el 21 y la acción judicial se planificó en Quito.
La zona donde se realizó el operativo es una de las más ajetreadas de Ibarra. A 30 metros, está una miniterminal. Cada 15 minutos se estacionan allí dos o tres buses interprovinciales que cumplen el recorrido Quito-Ibarra-Tulcán. El estadio olímpico Ciudad de Ibarra, el Mercado Mayorista y la Universidad Técnica del
Norte (UTN), la más grande de la región, también están cerca.
Cristian Lema alquilaba un departamento en la parte posterior de la vivienda y lo compartía con sus dos hermanas. Sus padres, dueños de una modesta tercena en su pueblo natal, estuvieron el jueves en Ibarra para enterarse de los pormenores del apresamiento.
De condición humilde y sin poder creer lo que se decía de su primogénito, lo defendieron hasta las lágrimas. Las pruebas, sin embargo, aparentemente lo inculpaban.
Según las primeras indagaciones de la Fiscalía y la Policía, Cristian comercializaba internacionalmente desde una página web videos y fotografías de niños, niñas y adolescentes en actos sexuales. En su cuarto la Policía encontró una computadora, una filmadora, CD, documentos, una tarjeta Wester Union, un módem y un celular.
Este año, Cristian planeaba graduarse de ingeniero de sistemas en la UTN. Sin embargo, el destino le reservaba otra cosa.
Los agentes de la Unidad Contra la Trata de Personas de la Dinapen lo sorprendieron con las manos sobre el teclado de su computadora personal. “Nos pidieron la llave de la puerta blanca del garaje. Consiguieron su propósito. Cristian estaba solo. La gente de los alrededores se arremolinaba para mirar los detalles del operativo. Todo fue muy rápido”, recuerda Jaime N.
A Cristian se lo vio en algunas ocasiones con varias chicas conversando o tomando unas cervezas en las tiendas del sector. Lo curioso es que nadie lo sorprendió con cajas en las manos o con visitas de medianoche.
En la Fiscalía se informó que además se hallaron recibos de pago de Western Union. El Juez IV de lo Penal tramita el caso y se pronunciará en 90 días tras las indagaciones de rigor. El joven está recluido en el Centro de Rehabilitación Social de Ibarra.