Las notas de Ser Bachiller reflejan debilidades

En los cursos de nivelación de la Espol se equiparan conocimientos. Foto: Mario Faustos  / EL COMERCIO

En los cursos de nivelación de la Espol se equiparan conocimientos. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

En los cursos de nivelación de la Espol se equiparan conocimientos. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

La prueba Ser Bachiller es un termómetro de la calidad educativa. El examen, requisito para acceder a la educación superior, evidencia fortalezas y debilidades de los estudiantes de tercer año de secundaria.

En la última evaluación, correspondiente al primer semestre del 2018, el promedio general fue 698 puntos. Ese es el balance de los 284 589 sustentantes que dieron la prueba, que mide dominios matemático, científico, social, lingüístico y aptitudes abstractas.

La media de los recién graduados fue aún más baja, ubicándose en 685 puntos. En general, el 57% de los postulantes obtuvo menos de 700 puntos.

Dayse Sarmiento, de 20 años, está cerca de esa nota. La joven, de Guayaquil, sacó 688 puntos y la semana pasada postuló a Odontología y Educación.

Hoy, 19 de marzo del 2018, concluye la etapa de aceptación de cupos de la primera fase de postulaciones y está nerviosa. “Si no entro daré un nuevo examen. Me prepararé mejor porque ahora solo usé los simuladores y repasé de un libro que me prestaron”.

La segunda etapa de postulación será del jueves 22 al domingo 25. Ahí se considerará no solo la primera de las cinco opciones de carreras escogidas por el postulante.

Augusto Barrera dijo que los resultados globales serán evaluados entre el Ministerio de Educación y la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), que dirige. Antes, el Instituto Nacional de Evaluación (Ineval) revisa promedios nacionales y regionales.

Para saber dónde mejorar la calidad del bachillerato y dónde fortalecer la capacitación docente, se necesita -apuntó- un análisis integral.

Desde el Ministerio de Educación ya están aplicando estrategias para cubrir vacíos, según el ministro Fander Falconí. Dos planes en marcha son el acompañamiento y la capacitación docente.

Ese acompañamiento servirá para mejorar la interacción entre maestros y alumnos, y se está trabajando en 15 circuitos. En el próximo ciclo Costa llegará a 55 circuitos educativos.

Kelly Guerra tiene 19 años y se graduó del colegio hace dos. Ha rendido en cuatro ocasiones el examen con el sueño de alcanzar un cupo para Medicina. En el último proceso, obtuvo 979. Practica jiu jitsu desde hace seis meses en una academia del sur de Quito.

Las artes marciales -dice- le ayudaron a fortalecer sus hábitos de estudio. “En este último examen me dediqué más. Los temas ya los conocía por los procesos anteriores”.

Luego de su entrenamiento, Kelly recordó que en el primer Ser Bachiller alcanzó una nota de 860 puntos. Previamente asistió a un preuniversitario para nivelarse, pero no fue suficiente la preparación que tuvo en el colegio ni en el curso.

Ahora espera lograr un cupo para convertirse en médica, en la Universidad Central. También postuló a Educación Inicial y Psicología Clínica.

Buena parte de jóvenes busca clases extras. Mientras completaba el bachillerato intensivo, Eddy Tarazona iba a talleres para rendir la Ser Bachiller. El postulante de 20 años puso esmero en las clases de matemática. “Esa fue la parte más difícil; eran 30 preguntas”.  Al final sacó 790 puntos. La mayoría de sus compañeros obtuvo entre 600 y 700.

El viernes revisó su cuenta en línea para ver los resultados de la asignación. Él postuló a Diseño Gráfico, Comercio Exterior y Marketing en la Universidad de Guayaquil.

Pedro Peñafiel, de 33 años, se inclina por la Arquitectura y el Diseño de Interiores. Alcanzó la calificación de 742, con 90 aciertos, pero reconoce que las preguntas de matemática fueron las más complicadas. “Calcular áreas y superficies en planos geométricos fue, quizá, lo más difícil”.

En la U. de Guayaquil, la Ser Bachiller es el pase a la nivelación. Maritza Borja es la encargada de los cursos y explica que quienes accedieron a los cupos del último semestre estaban sobre los 607 puntos.

Generalmente, el 81% pasa a las carreras después de aprobar los talleres donde afianzan conocimientos. En este semestre se abrirán 7 684 cupos.

En otras instituciones, como la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), la Ser Bachiller no es el único filtro. Quienes ingresan a esta universidad están por encima de 750 puntos, debido la alta competitividad.

Pero la prueba solo equivale al 40% de la calificación para acceder a uno de los 2 339 cupos de este semestre. El 60% restante se concentra en un examen propio, de aptitudes y conocimientos.

Dalton Noboa, director de Admisiones de la Espol, asegura que ambas evaluaciones ayudan a detectar las falencias. Estas se enfocan en Matemática, Geometría y Lenguaje, áreas que refuerzan en los cursos de nivelación.

Para entrar a carreras como Medicina y Obstetricia se requieren altos puntajes. Nicole Fernández se graduó el año pasado. La quiteña asistió a la nivelación de la Senescyt, estudió en casa y sacó 931. En esta última prueba solo el 6% obtuvo más de 900 puntos.

En contexto

En Ecuador hay un examen de acceso a cupos en la educación superior pública desde el 2012. En el 2017, el anterior ENES se fusionó con el Ser Bachiller, que además sirve como examen de grado de quienes cursan el último año de secundaria.

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