En una noche bajo cero la Gran Manzana busca a sus 'sin techo'

Los voluntarios Griffin Clark y su padre Matt Clark (derecha) cuentan a las personas sin hogar en la terminal de trenes. Foto: AFP

Los voluntarios Griffin Clark y su padre Matt Clark (derecha) cuentan a las personas sin hogar en la terminal de trenes. Foto: AFP

Los voluntarios Griffin Clark y su padre Matt Clark (derecha) cuentan a las personas sin hogar en la terminal de trenes. Foto: AFP

‘Señor, ¿está bien? ¿No quiere ir a un refugio?”, pregunta Francisco a un hombre acurrucado bajo su saco de dormir en la entrada de un elegante edificio del centro de Manhattan. “Sí, seguro”, responde uno de los más de 3 000 ‘homeless’ (personas sin hogar) que viven en las calles de Nueva York y que un ejército de voluntarios sale a censar una noche por año.

La temperatura es de -2°C y la nieve sigue acumulada a lo largo de toda la ciudad. El hombre no está solo: un compañero más joven duerme a su lado. Cuando Francisco, el capitán de este equipo de cuatro voluntarios, le pregunta si también quiere ir a un refugio, la persona se niega. “Estamos bien, señor”, dice algo enojado.

“¿Pero usted no quiere que llame a un auto?”, insiste Francisco al primer ‘homeless’. “No, no, estoy bien”, responde este ahora. El voluntario reitera su oferta un par de veces más hasta que no le queda otra que seguir adelante por la zona del centro de Manhattan que les han encargado recorrer.

“Vi en sus ojos que quería ayuda. Al final eligió que no lo ayude. Estoy decepcionado. Pero tenemos que aceptarlo. Es una situación triste”, explica Francisco, un hombre corpulento de 50 años que vive en Harlem y colabora en el censo junto con su mujer Francis, de 36. “Tienen que quedarse juntos para sobrevivir”, señala ella, buscado una explicación a la táctica de estas dos personas sin hogar.

En total, unos 3 000 voluntarios participaron en la noche del lunes al martes de HOPE 2015, la estimación anual de población ‘homeless’ que organiza desde hace 10 años el Departamento de Servicios para los ‘sin techo’ de la Alcaldía de Nueva York. La ciudad tiene en total más de 60 000 ‘homeless’. La inmensa mayoría de ellos (unos 58 350 a principios de febrero, según cifras oficiales) duerme en refugios de la Alcaldía. Otros 3 357 lo hacían en las calles y en el Metro en el 2014, de acuerdo con el último censo efectuado por HOPE.

Este número representa un aumento respecto del 2013
(3 180 personas), aunque las autoridades prefieren recordar que en el 2005 la cifra alcanzaba los 4 395, por lo que en los últimos 10 años se ha registrado un descenso del 24%.

Divididos por zonas en los cinco distritos de la ciudad (Manhattan, Brooklyn, Queens, Bronx y Staten Island), los voluntarios fueron citados antes de medianoche en edificios públicos para recibir un corta preparación antes de salir a la calle.
‘Salvar la vida de alguien’

En la escuela de la Calle 33, en el centro-este de Manhattan, son unos 100 voluntarios repartidos en 36 equipos. Jóvenes y adultos, blancos, latinos y afroamericanos: la diversidad de Nueva York está reflejada en el gimnasio del colegio
donde el personal de la Alcaldía les entrega los formularios que se deben llenar.

“Lo que van a hacer esta noche es salvar la vida de alguien”, los motiva Gilbert Taylor, el comisionado del Departamento de Servicios para los ‘sin techo’, antes de recordarles ciertas reglas: respetar el anonimato y no forzar a nadie a aceptar la propuesta de un refugio, entre otras cosas.

Según la ONG especializada Coalición para los Sin Techo, el alcalde demócrata Bill de Blasio heredó -al asumir el cargo en enero de 2014- una crisis “histórica” en materia de falta de vivienda, en parte por las “desastrosas políticas” de su antecesor Michael Bloomberg, que no fueron revertidas.

Esto hizo que en noviembre pasado el número de sin techo viviendo en refugios de la Alcaldía alcanzara el récord de 60 352, de los cuales más de 25 000 son niños. De Blasio colocó la cuestión del acceso a la vivienda en el centro de su programa para el 2015, haciendo referencia a los ‘homeless’ y comprometiéndose a terminar para fin de año con la falta de techo crónica de los veteranos de guerra, cerca del 10% de los que están en la calle.

‘La realidad de la calle’

Durante el recorrido de una hora y media por unas 10 calles cerca de la estación Grand Central Terminal, el equipo de voluntarios liderado por Francisco encuentra a cuatro ‘homeless’, tres de ellos durmiendo protegidos del frío y el restante con un carrito lleno de cajas y bolsas escarbando en la basura en busca de algo útil.

Salvo el primer hombre que estuvo a punto de aceptar ser trasladado a un refugio, el resto rechazó la ayuda de inmediato y de manera firme.

Para los voluntarios, las sensaciones se entremezclan al final de la noche. “Es importante devolver a la comunidad. Podemos hacer la diferencia”, afirma Francisco, todavía algo golpeado por la negativa final de esa persona.

Para Zainab Lester, estudiante de Ciencias Médicas de 21 años y parte del mismo equipo, se ha tratado de “una gran experiencia” aunque también “dura”. “Ves la realidad de la calle”, dice, de manera triste y simple, antes de saludar y alejarse sola rumbo al Metro.

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