Un grupo de no videntes se planteó jugar fútbol y, el 13 de marzo de 2004, formó un equipo regulado por la Federación Paralímpica del Ecuador. Liderados por Segundo Quezada, quien perdió la visión total a los 14 años, crearon el equipo Estrellas Independientes. Ellos vieron en esta disciplina una forma de superación personal.
Los no videntes también se agruparon para competir en atletismo, natación, lanzamiento de bala, jabalina y disco, salto alto y largo y ‘golball’.
Antes de las competencias oficiales, se entrenaban en el parque La Carolina, los sábados. La Federación reguló sus competencias, pero ellos buscaron el dinero para el traslado, los uniformes y los balones. Estrellas Independientes nació con 22 integrantes y el grupo se robusteció y reclutó más integrantes. Entre ellos se destacó Grecson Rosero, de 32 años, quien se unió en junio de 2006.
Este esmeraldeño perdió la visión a los 2 años, porque cayó al piso y el golpe ocasionó la ceguera. Grecson llegó a la capital hace 12 años y encontró fortuna en la música. Por ello, se integró a la banda Ordeci (Orquesta de Ciegos del Ecuador). Ellos llevan su arte por todo el país.
LEY DE COMUNICACIÓN
‘El país no necesita una ley mordaza, corsé o que nos ate’
ENTREVISTA A NELSA CURBELO CORA
directora general de ser paz
Redacción Guayaquil
En un país como el nuestro, ¿a qué debe propender una ley de Comunicación?
Una ley debe contemplar, a mi gusto, la garantía absoluta de poder expresar las cosas. Me parece que querer controlar lo que dicen los medios es como querer ponerle un tapón al volcán Tungurahua. Es decir, de alguna forma estalla, porque la comunicación se realiza de varias maneras. No solo está la prensa, la radio o la televisión. También se la hace por Internet y, sobre todo, por el comentario de la gente, que a partir de lo que se dice agrega, añade, tergiversa…
¿Qué quiere decir?
No existe una comunicación pura, una comunicación sin interpretación. No soy periodista de profesión, pero es claro que eso no ocurre. Que un Estado pretenda decir que se interpreta es un error. El primero que lo hace es el Presidente cuando habla. El primero que pone epítetos es él. ¿Qué Ley le juzga a él? Entonces, querer tener una prensa como si fuera un cristal puro no es posible.
Más en artículos de opinión, y usted los escribe.
La opinión es eso, opinión. No es información. En eso, el Presidente hace mucho la diferencia. En una charla que hubo en la Fundación El Universo, cuando era candidato, lo planteó de entrada y fue una de las preguntas que le hicieron. Yo me apoyo en la opinión de alguien, según lo fundamentado que esté y la cantidad de elementos que me dé. Pero soy libre de escoger o no.
En el ejercicio periodístico y en las actividades que realiza, ¿qué tan importante es poder decidir o escoger?
Tratar a las personas como que necesitan que se les dé una verdad en ‘capsulitas’, además la verdad oficial, es tratarlos como infantes. Creer que no podemos pensar por
nosotros mismos, que tenemos 3 ó 4 años y que necesitamos que nos den todo ya digerido no es correcto. Los seres humanos necesitamos de distintas opiniones para formar la nuestra, la cual se hace con diálogo y conversaciones con los demás e integrando visiones diferentes.
¿La comunicación se vuelve importante para difundir esa verdad oficial?
Para formar una opinión diferente se requiere de todos. No creo que haya una instancia que requiera establecer consensos. Lo que debe realizar el Gobierno es favorecer que las diferentes instancias tengan la capacidad de hacer bien lo que hacen. Creo en un gobierno descentralizado, que apoya las autonomías y que tiene una visión de conjunto de país y que da la libertad para que cada uno haga lo que deba hacer. Tenemos un Estado al revés, que tiende a centralizar y a asumir todo como si fuera lo único que existe.
Querer meternos en la frente, ponernos orejeras, ponernos riendas y llevarnos a todos hacia ese lado, es una propuesta autoritaria. Eso no es correcto.
Bajo esa óptica, el control de los medios es prioritario.
Si el país lo permite es porque se lo merece, porque no somos capaces de reaccionar a tiempo. Porque no tenemos una cultura de la libertad y de la propuesta distintas. Veo lo que sucede en Chile, el candidato que acaba de ganar (Sebastián Piñera) es de ideología diferente a la de (Eduardo) Frei, pero son capaces de estar juntos, de darse la mano, de decir vamos a colaborar… Acá ni siquiera con los de adentro están de acuerdo. Este es un Gobierno de confrontación, avasallador, que nos quiere llevar y dirigir pensando que los demás no tenemos la capacidad de pensar por nosotros mismos y creer que el voto es una carta en blanco.
A través de Ser Paz trabaja con grupos sociales que son propensos a ser ‘protagonistas’ de la información, ¿cómo ha sido esta experiencia en su relación con los medios?
He sufrido una cantidad impresionante de tergiversaciones. Se han dicho cosas y muchas no las hemos hecho. Pero yo no las discuto, las dejo pasar. Lo que es verdadero, aquello que tiene fuerza, va a mantenerse. El solo hecho de discutir una mentira hace que quien no sepa de la noticia empiece a creer que es verdad. Aquello que realmente es importante, intento por todos los medios que se conozca, pero por el lado correcto, como realmente es.
Con lo que dice, ¿cuál es la responsabilidad que tienen medios y periodistas?
Cada periodista debe ser responsable de decir aquello que pueda probar. Si no lo hace, es mejor no decirlo. Decir hechos sin que se los pueda comprobar es una irresponsabilidad total, siempre y cuando no sea una opinión. Además, medios y periodistas, cada uno, deben tener una exigencia personal, en el sentido de que se diga lo que se pueda probar.
Como sociedad o país, necesitamos una ley.
No lo sé. Necesitamos un periodismo eficiente, libre, capaz de decir cosas, de rescatar lo bueno. Que diga lo que no está bien, pero que destaque lo bueno y positivo, ya que de ello se dice muy poco. Si eso necesita ley, pudiera ser. Pero, no una ley mordaza, corsé o que nos ate. No una ley que cada vez que uno escriba se esté preguntando , ¿me mandarán preso?