Un atento lector me ha pedido explicaciones sobre los títulos de posgrado. A riesgo de hacerlo de manera muy rápida, voy a esbozar en este y un siguiente artículo algunas observaciones. Comenzaremos por los niveles de los títulos académicos de posgrado que existen en América Latina.
El doctorado es el grado académico más alto. Detrás de esta denominación hay diversas realidades, incluso dentro de la misma institución académica. Antes este título se confería como habilitante profesional, especialmente en Medicina y Derecho. Pero cada vez con más frecuencia se ha ido adoptando en el mundo el nivel internacional de doctorado, producto de un esfuerzo de investigación científica, traducido en una tesis. Los doctorados comunes en el Ecuador no lo son de veras. Por eso ahora nos estamos esmerando por organizar programas de cuarto nivel, equivalentes al PhD anglosajón.
La maestría es quizá el grado en donde existe mayor diversidad, puesto que hay maestrías de tipo académico, remedial y de especialización. También hay grandes diferencias en la dedicación y duración. En todo caso, parece ser que es una regla común en nuestras universidades la maestría de uno a dos años con tesis de grado para su aprobación.
La especialización de posgrado solo existe en algunos países, pero bajo esta denominación se encuentran programas muy diversos; pero su característica común parece ser que están dedicados a la profundización y el uso instrumental de conocimientos y destrezas profesionales. Sus exigencias son, por lo general, inferiores a los de la maestría, salvo en algunos casos de Medicina, cuyas especializaciones tienen regulaciones especiales.
El diploma superior de posgrado existe solo en algunos países. En la mayoría de los casos tiene las características del posgrado académico. Frecuentemente el diploma es una titulación intermedia de la maestría y dura un año. No hay que confundirlo con los diplomados, que son cursos cortos de duración variada con certificaciones que no siempre deben considerarse como posgrado.
Esas son todas las titulaciones de posgrado. Pero también existen programas posdoctorales, que convocan a profesionales graduados que buscan profundizar temas de investigación y docencia. Pero no conducen a un título. Hay programas de corta duración muy variados en características, duración y metodología. Su aprobación no da un grado o título.
Es posible también diferenciar los programas de posgrado por su calidad académica. En toda América Latina hay desde aquellos que cumplen con los más altos estándares hasta los que son negocio fraudulento. No hay receta para establecer diferencias. Solo un buen sistema de evaluación y acreditación puede arrojar información adecuada.